Hoy abordaremos un tema complicado. Complicado en el sentido de que se parte de un concepto polémico: ¿qué es la inteligencia? Indagamos en ella definiéndola, aportando datos curiosos sobre su evolución y clasificando los distintos tipos que hay.
Qué es la inteligencia
Empezaremos haciendo una aproximación y ésta será que:
La inteligencia es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas y parece estar ligada a funciones mentales como percepción y memoria.
Los psicólogos llevan más de cien años intentando definir la inteligencia, y parece que todavía no hay dos que digan lo mismo en torno a este concepto.
Concepto de inteligencia
Como vemos, el concepto de inteligencia aún no está claro del todo.
De todas formas, algo se ha avanzado. Ya no se piensa, como anteriormente se pensaba, que los hombres son más inteligentes que las mujeres, los blancos superiores a los negros, ni los ricos más listos que los pobres. También sabemos que los tradicionales test de inteligencia no deben considerarse infalibles y que, además, contamos con varios tipos de inteligencia.
Definición de inteligencia
Las siguientes son las definiciones de la RAE sobre inteligencia:
- Capacidad de entender o comprender.
- Capacidad de resolver problemas.
- Conocimiento, comprensión, acto de entender.
- Sentido en que se puede tomar una proposición, un dicho o una expresión.
- Habilidad, destreza y experiencia.
- Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí.
- Sustancia puramente espiritual.
Por su parte, la definición de inteligencia que nos propone el diccionario de español de Google proporcionado por Oxford Languages es:
- Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.
- Ser dotado de inteligencia.
Datos curiosos sobre la inteligencia
Su estudio en el siglo XIX estuvo dominado por la craneometría (frenología), ciencia que aspiraba a relacionar las características psicológicas de las personas con las diferentes medidas de su cerebro. Entre los estudios realizados se hallaron, por ejemplo, que el cerebro de los alemanes era más grande que el de los franceses, que era mayor el cerebro de los criminales, etc. Este tipo de resultados motivaron que esta rama cayera en desuso.
Afortunadamente, las medidas complejas aparecen con Alfred Binet en 1905, cuando el gobierno francés le pide la elaboración de un test que pudiese detectar a aquellos niños que no podían seguir el ritmo habitual de la escuela.
De aquí nace la famosa escala Binet-Simon, que es un cuestionario compuesto con distintas preguntas relacionadas con el razonamiento y la resolución de problemas. A partir de ahí se multiplicaron igualmente los tests que proporcionan, no una medida de cociente global del sujeto, sino de aptitudes específicas como las mecánicas, burocráticas, musicales o artísticas.
La creación del test WAIS
Durante la Segunda Guerra Mundial, evaluando las aptitudes de los reclutas, el psicólogo David Wechsler observó que varios sujetos fallaban repetidamente en los tests, aun teniendo cocientes idénticos y remarcó la importancia de otros factores que influyen en el rendimiento intelectual tales como la motivación, las oportunidades educativas, la personalidad y otros factores no intelectivos; y señaló que ni los mejores test podían evaluar todas las capacidades intelectuales de un individuo ni los distintos tipos de inteligencia, solo una parte.
En 1939 publicó la escala Wechsler-Bellevue y en 1955 realiza la revisión del WAIS (Escala Wechsler de inteligencia para adultos), y elabora también un test para niños. El WAIS es hoy en día el test psicológico más comúnmente aplicado (Kaplan & Sacuzzo, 2005). Los tests actualmente son actualizados aproximadamente cada diez años para compensar el efecto Flynn. La última versión disponible de estos son el WISC-IV y el WAIS-IV, versiones que en algunos países se encuentran en proceso de validación.
El efecto de la edad y el ambiente
Es importante mencionar que en nuestros primeros años de vida las medidas inteligentes pueden ser más universales: la edad a la que empezamos a hablar, a andar, a comer por uno mismo. Pero, a medida que crecemos, los diferentes ambientes favorecen el desarrollo de habilidades distintas (si yo nací en una ciudad los requerimientos del ambiente no serán iguales que si hubiese nacido en el campo, es decir las habilidades que se desarrollen en mi varían según el contexto ambiental y sociocultural).
Cambios de ambiente pueden conducir a cambios de cociente, tal como indican los resultados de programas educativos para deficientes mentales y para niños acogidos en hospicios.
Algunos autores han señalado, incluso, la inutilidad del concepto de inteligencia y han propuesto centrarnos en el estudio de las habilidades específicas que utilizamos para mantenernos en nuestros respectivos ambientes. Uno de ellos es Howard Gardner.
Tipos de inteligencia
Según esta teoría la buena noticia es que en realidad tenemos por lo menos ocho inteligencias diferentes. Cuantificadas por parámetros cuyo cumplimiento les da tal definición. Por ejemplo: tener una localización en el cerebro, poseer un sistema simbólico o representativo, ser observable en grupos especiales de la población tales, como “prodigios” y “tontos sabios” y tener una evolución característica propia.
La mayoría de los individuos tenemos la totalidad de tipos de inteligencia. Cada una desarrollada de modo y a un nivel particular, producto de la dotación biológica de cada uno, de su interacción con el entorno y de la cultura imperante en su momento histórico. Las combinamos y las usamos en diferentes grados, de manera personal y única. Así mola más, ¿no?
Definida qué es la inteligencia y aclarado que hay varios tipos, vamos a indagar un poquito más en cada uno de ellos.
1. Inteligencia lingüística
Es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita. Incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la mnemónica, la explicación y el metalenguaje). Es uno de los tipos de inteligencia más común en escritores, poetas, periodistas y oradores, entre otros.
2. Inteligencia lógico-matemática
La definición de inteligencia lógico-matemática es: capacidad para usar los números de manera efectiva y de razonar adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones, las funciones y otras abstracciones relacionadas. Un alto nivel de este tipo se ve en científicos, matemáticos, contadores, ingenieros y analistas de sistemas, entre otros.
3. Inteligencia espacial
Es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los objetos lo recorran y producir o decodificar información gráfica. Es uno de los tipos de inteligencia presente en pilotos, marinos, escultores, pintores y arquitectos, entre otros.
4. Inteligencia musical
Es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Incluye la sensibilidad al ritmo, al tono y al timbre. Está presente en compositores, directores de orquesta, críticos musicales, músicos y oyentes sensibles, entre otros.
5. Inteligencia corporal-cinestésica
La definición de inteligencia corporal-cinestésica es: capacidad para usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos. Así como la facilidad en el uso de las manos para transformar elementos. Incluye habilidades de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad, fuerza y velocidad, como así también la capacidad cinestésica y la percepción de medidas y volúmenes. Se manifiesta en atletas, bailarines, cirujanos y artesanos, entre otros.
6. Inteligencia interpersonal
La definición de inteligencia interpersonal es: capacidad de entender a los demás e interactuar eficazmente con ellos. Incluye la sensibilidad a expresiones faciales, la voz, los gestos y posturas y la habilidad para responder. Está presente en actores, políticos, buenos vendedores y docentes exitosos, entre otros.
7. Inteligencia intrapersonal
Es la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima. Es uno de los tipos de inteligencia que se encuentra muy desarrollada en teólogos, filósofos y psicólogos, entre otros.
8. Inteligencia naturalista
La definición de inteligencia naturalista es: capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas, tanto del ambiente urbano como suburbano o rural. Incluye las habilidades de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento de nuestro entorno. La poseen en alto nivel la gente de campo, botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas, entre otros.
9. Inteligencia emocional
El 9º de los tipos de inteligencia y el descubierto más recientemente. La publicación Emotional Intelligence de Daniel Goleman (1995) significa una difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido. Este libro se convierte en un best seller en muchos idiomas.
A partir de mediados de los noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la sociedad, de tal forma que empiezan a aparecer artículos (primero en revistas de divulgación y después en las científicas) y libros sobre el tema.
Para Goleman (1995: 43-44) el concepto de inteligencia emocional consiste en:
- Conocer las propias emociones. El principio de Sócrates «conócete a ti mismo» se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.
- Manejar las emociones. La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.
- Motivarse a sí mismo. Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
- Reconocer las emociones de los demás. Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio.
- Establecer relaciones. El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.
- Bisguerra, R (2014). El modelo de Goleman. Inteligencia Emocional. Rafael Bisguerra..
- Gardner, H. (1995). Inteligencias múltiples: La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.
- Horacio, F. (2002). ¿Qué es eso que llamamos inteligencia? La teoría de las inteligencias múltiples y la educación. PsicoPediaHoy, 4(3).
- La inteligencia y los test para medirla (2007). En Enciclopedia de la Psicología (Vol. 3, 91- 128 pp). España: Océano.