El test de frases incompletas de Sacks es una prueba psicológica que entra en la categoría de las técnicas proyectivas. Se trata de un instrumento que permite al evaluador analizar aspectos inconscientes de la personalidad del individuo. De esta manera, es posible tener una idea más clara de lo que ocurre en el mundo interno de la persona y obtener un mejor diagnóstico.
La técnica de frases incompletas es una prueba que se utiliza en una amplia variedad de casos. A través de una serie de oraciones, es probable conocer más sobre cómo alguien percibe a su familia, entorno y a sí mismo. Por esa razón, en este artículo, conoceremos más acerca de esta herramienta y su función.
¿En qué consiste el test de frases incompletas de Sacks?
Como te mencionamos al principio, lo primero que debemos saber sobre este instrumento es que es una prueba proyectiva. En este sentido, el objetivo de una técnica proyectiva es crear una situación donde la persona revele aspectos de su vida interna que son inconscientes.
Por ejemplo, una persona podría alardear sobre lo mucho que lo aman los demás y su popularidad. Sin embargo, un test proyectivo podría revelar que, en realidad, su autoestima es baja y tiende a compensarlo con la aprobación externa.
En el caso del test de frases incompletas de Sacks, se trata de un cuestionario que consiste en una serie de oraciones sin terminar. Una frase que podríamos ver en la prueba es “Otras personas piensan que soy…”. La idea es que la persona complete los espacios en blancos con lo primero que aparezca en su mente al leer la frase. De este modo, se cree que es posible captar aspectos inconscientes de la personalidad del individuo y entender mejor su queja.
La técnica de frases incompletas es similar a otras herramientas como el test de apercepción temática (TAT). En ambos casos, lo que se busca conocer es la dinámica de la personalidad, es decir, el modo en que se comportan sus pulsiones. El instrumento cuenta con diferentes categorías para evaluar varios aspectos de la vida interna: madre, familia, figuras de autoridad, regulación emocional, sexualidad, relaciones interpersonales, etc.
Historia
Si bien el test de frases incompletas de Sacks es uno de los más populares, no fue el primer en existir. Por lo general, se dice que Herman Ebbinghaus fue el primer autor en crear una prueba de completar frases en 1879. Aunque, Ebbinghaus desarrolló el instrumento con el fin de medir el desarrollo intelectual de los infantes y no su personalidad.
Mas tarde, Carl Jung sugirió que el uso de oraciones incompletas podía ser un buen método para estudiar la personalidad. De acuerdo con Jung, era posible conocer mejor el inconsciente al analizar las asociaciones que hacía el individuo con palabras o frases. De hecho, se le atribuye a Jung la popularización de esta técnica de evaluación.
Tiempo después, otros autores como Arthur Payne y Alexander Tendler usarían el método para estudiar aspectos de la personalidad y emociones. Luego, Amanda Rhode desarrollaría una versión para evaluar la dinámica de la personalidad de modo global y no solo cosas específicas. Los siguientes trabajos sobre pruebas de frases incompletas se crearían con base en el modelo de Amanda Rhode.
El test de frases incompletas de Sacks se basa en la prueba de frases incompletas de Rotter y Rafferty creada en 1950. Sacks deseaba elaborar una técnica para estudiar campos específicos de la personalidad de una persona con este método.
¿Cómo funciona el test de frases incompletas de Sacks?
Antes de empezar a describir la estructura de la prueba, debemos tener en cuenta que a través de los años se han hecho diferentes adaptaciones. Por lo tanto, no hay una sola versión de la prueba y podemos encontrar una u otra dependiendo de factores como la edad o idioma. En la mayoría de los casos, la técnica de frases incompletas cuenta con un total de 60 oraciones o ítems a completar.
Siguiendo esta línea, se trata de una prueba que puede aplicarse de forma individual o grupal. Por esa razón, suele utilizarse en el ámbito empresarial para la evaluación de la personalidad de aspirantes a un cargo. Asimismo, se puede aprovechar en estudios de marketing para conocer mejor las motivaciones de un público objetivo.
Por otro lado, no existe un lapso estipulado para completar la prueba. No obstante, debido a su sencillez, las personas tienden a terminar al cabo de unos 15 o 20 minutos. Si bien no hay un intervalo específico para completarla, es importante que el test de frases incompletas de Sacks no tome demasiado tiempo. De lo contrario, podría ocurrir que los mecanismos de defensa del yo intervengan y alteren la información inconsciente que se pretende obtener.
De hecho, al recitar la premisa, es recomendable que el evaluador le indique a la persona que no piense sus respuestas en exceso. De igual manera, se le debe invitar a completar las frases con la mayor sinceridad posible. Al realizar la prueba, la persona puede encontrarse frases como las siguientes:
- Cuando estoy solo…
- Mi padre es…
- Cuando veo venir a mi jefe…
Confiabilidad
Como cualquier otro instrumento de evaluación psicológico, este test no es una herramienta diagnóstica por sí solo. Es decir, que no podemos diagnosticar trastornos mentales con base en la información que arroja esta prueba. Lo más recomendable es que esta técnica se use en conjunto con otras para conseguir una imagen más completa de la realidad.
Incluso, existen psicólogos que desaconsejan el uso de técnicas proyectivas por considerar que sufren de sesgos cognitivos. Tanto por parte del evaluador como de la persona que se somete al test, lo que puede llevar a datos falsos.
En conclusión, el test de frases incompletas de Sacks es una técnica proyectiva que puede revelarnos cosas interesantes sobre nosotros mismos. Pero, sus resultados deben tomarse con cautela y es necesario corroborarlos con observación y otros instrumentos.
Referencias
- Goldberg, P. A. (1968). The current status of sentence completion methods. Journal of Projective Techniques and Personality Assessment, 32(3), 215-221.
- Sacks, J. M., & Levy, S. (1950). The Sentence Completion Test.
