Las relaciones de sumisión en la pareja son todas aquellas en las que uno de los miembros cede ante las peticiones del otro y le concede máxima obediencia.
Tradicionalmente, se consideraba que eran las mujeres quienes vivían mayormente estas relaciones de sumisión, pero hoy día se sabe que este límite entre géneros no está tan delimitado y que existen relaciones de sumisión en la pareja en las cuales el hombre es quien asume el papel de obediencia.
Por supuesto, este tipo de relaciones en las que no existe un equilibrio, se pueden catalogar como tóxicas, ya que la mayoría de las acciones y decisiones se dan en torno a un sujeto, mientras el otro queda anulado y permanece en silencio.
Mantener esta dinámica de sumisión y dominación en la pareja puede ser un poco peligroso cuando las barreras se van desdibujando; pues, si bien, muchas veces este tipo de relaciones comienzan en la cama, como forma de juego, otras veces se terminan de instalar en todos los planos de la vida cotidiana y social, y la víctima termina sufriendo toda clase de humillaciones.
Relaciones de sumisión en la pareja
Para determinar cómo surgen las relaciones de sumisión, hay estudios que parten de la afirmación según la cual estas se elaboran, de forma inconsciente, a partir de los modelos de género. De igual modo, se resalta que este tipo de relaciones de sumisión en la pareja es un fenómeno que puede analizarse desde diferentes perspectivas: social, cultural, política, psicológica…
Tomando en consideración el punto de vista psicológico, se plantean los mecanismos a nivel individual y colectivo que intervienen para que tengan lugar este tipo de relaciones de sumisión en las que incluso puede existir el maltrato o la violencia. Pues, en el contexto, no solo hay factores que hacen posible su aparición, sino que también contribuyen a que se mantengan en el tiempo. Por lo tanto, no se podría considerar de forma aislada como un fenómeno individual, sino que también tiene una arista social.
Partiendo de ello, se puede sostener que existen pensamientos colectivos que sustentan este tipo de relaciones de sumisión en la pareja, y que están relacionados con factores como:
- El deseo de poder
- Los modelos sociales de género
- La influencia de los patrones de género en la cotidianidad
- La manera cómo dichos modelos se internalizan y se convierten en sentimientos, vivencias y comportamientos
Otros detalles sobre las relaciones de sumisión en la pareja
Cuando uno de los componentes de la relación de pareja obedece las órdenes de otro, no solo se invisibiliza, sino que pierde recursos de afrontamiento que son necesarios para sobrevivir en la realidad, de modo que el otro se convierte en alguien indispensable. Este tipo de relaciones también puede esconder problemas de baja autoestima y supone la pérdida completa de la independencia.
Hay parejas en las que los límites se han disipado y las personas que asumen el rol de sumisión llegan a:
- Sufrir maltrato psicológico
- Padecer maltratos físicos
- No poder salir sola/o de casa
- Perder contacto con sus amistades y familiares
- Vivir sus vidas de manera siempre controlada
- Pérdida de autonomía
- Otras
Estos patrones suelen instalarse en nuestra sociedad de una forma tan profunda que, muchas mujeres incluso justifican las acciones de la pareja dominante, argumentando sentencias como: “él siempre llega ebrio porque ha trabajado mucho y necesita distraerse”, “en realidad fue mi culpa, yo lo provoqué”. “él es celoso porque me ama”, entre otras.
Tipos de relación de sumisión
El psicólogo Walter Riso elaboró una serie de tipos de relación de sumisión que exponemos a continuación:
- El Síndrome de la nodriza. En este tipo de relación una parte actúa como padre o madre y trata a la otra como su hijo, como si fuera necesitado/a y él o ella un salvador/a.
- La relación de dependencia estilo geisha. En este caso una de las partes se preocupa por estar siempre arreglada, bella, dispuesta a satisfacer en todos los aspectos a la otra parte, aunque no siempre lo desee, pero de alguna forma es incapaz de evitarlo.
- Estilo empleada- ejecutivo. La pareja funciona como si existiera un contrato laboral en el que hay un «jefe» que manda y un «empleado» que cumple las órdenes del otro.
Clasificación de relaciones asimétricas
La clasificación de relaciones asimétricas propuesta por Robert J. Sternberg describe 6 tipos de relaciones en las que existe un desequilibrio en el poder, control o dinámica entre las partes involucradas. Estas relaciones no son necesariamente saludables y, en muchos casos, reflejan patrones de comportamiento disfuncionales.
- Profesor – Estudiante: En este caso una de las personas asume el rol de «profesor» mientras que la otra es el «estudiante». Este tipo de relación puede basarse en la experiencia o el conocimiento en un tema específico, pero no siempre implica un contenido significativo. Aunque hay una aparente asimetría, Sternberg señala que este rol puede cambiar dependiendo del tema o contexto. Sin embargo, las diferencias de edad o experiencia suelen reforzar la desigualdad inicial.
- Relación de Gobierno: Aquí una de las partes siempre toma las decisiones importantes, asumiendo una posición dominante. El «gobernante» busca mantener el control total sobre la relación, mientras que la otra parte acepta, voluntaria o involuntariamente, un rol pasivo. Esta dinámica puede ser motivada por la necesidad de poder o de dependencia emocional.
- Relación Policíaca: En este tipo de relación una de las partes controla y supervisa constantemente a la otra, manifestando una falta de confianza. La persona dominante necesita saber en todo momento dónde está, qué hace y con quién está su pareja. Este tipo de elación puede derivar en comportamientos obsesivos y abusivos.
- Relación de Sacrificio: Aquí la parte sumisa se esfuerza por satisfacer todos los deseos de la otra, sacrificando sus propios intereses y bienestar. Existe una creencia errónea de que el amor verdadero implica renunciar a sí mismo por completo. Esta relación suele ser unilateral y puede conducir al agotamiento emocional o físico.
- Relación Pornográfica: En este otro caso una de las personas es tratada como un objeto sexual, estando únicamente al servicio de las necesidades de la otra. La interacción se centra exclusivamente en la satisfacción sexual, deshumanizando a la otra persona. Este tipo de relación puede ser resultado de dinámicas de poder desiguales y falta de respeto mutuo.
- Relación de Terror: En la relación de terror una de las partes atemoriza a la otra, utilizando amenazas, intimidación o violencia para ejercer control. Aunque algunas personas puedan encontrar esta relación excitante o consentida en un principio, el comportamiento puede volverse incontrolable y peligroso. En los casos más graves, puede evolucionar hacia el abuso físico o emocional.
Un análisis es necesario
Analizar estas relaciones es importante, pues los hijos que han nacido en el seno donde persisten las relaciones de sumisión en la pareja suelen tomar estos comportamientos como normales y con base en ello modelan su conducta en la vida adulta.
Aunque, también cabe la posibilidad que, tras analizar los patrones y buscar apoyo psicológico, un hijo pueda construir modelos de relaciones que sean más saludables y en los que predomine el respeto, las decisiones tomadas en conjunto, la honestidad y el amor propio y hacia su pareja.
Superar, o salir de una relación de sumisión en la pareja, quizá no sea fácil, ni para el hombre ni para la mujer; es por ello que podría necesitar de un acompañamiento psicológico.
Tal como hemos señalado, aunque suelen haber muchos más casos de mujeres, también hay hombres que también padecen sufrimiento que implica vivir y salir una relación de sumisión, y que muchas veces prefieren callar por vergüenza y por no poner de manifiesto su vivencia.
No obstante, todos, tanto hombres como mujeres, pueden cambiar su forma de relacionarse con sus parejas, y buscar otras que sean mucho más sanas y equilibradas.
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