El síndrome de París es un trastorno psicológico transitorio, raro y repentino que les afecta a algunos turistas que visitan París.
Muchas personas pueden verse afectadas por el síndrome de París, sin embargo, hay una mayor prevalencia en las personas de nacionalidad japonesa.
Quienes experimentan el síndrome de París pueden llegar a sentir ansiedad, alucinaciones, e incluso neurosis.
Hasta ahora, se considera que una posible causa de este síndrome es el que la persona se haya creado unas expectativas muy altas sobre la ciudad antes de viajar y, cuando llega, termina desilusionada o, al contrario, sobrecogido por un sentimiento de pequeñez ante una ciudad imponente.
El síndrome de París
Se considera que este síndrome de París afecta a quienes vacacionan en dicha ciudad, debido a un choque cultural extremo, al ver que París no es lo que imaginaban.
El síndrome de París fue diagnosticado en el año 1986 por primera vez, por el médico japonés Hiroaki Ota, pero, más tarde, se estimó que se podría producir debido al impacto cultural extremo por: la barrera del lenguaje, las diferencias de cortesía y modales entre los franceses y lo japoneses; la educación y el sentido del humor, todo ello aunando al sentimiento de agotamiento físico.
Así, el síndrome de París podría estar catalogado como una especie de estrés psicológico que pueden experimentar los japoneses, quienes, además, para llegar a París, deben viajar durante trece horas.
Síntomas del síndrome de París
Los síntomas del síndrome de París son muy variados y van desde una fuerte desilusión hasta alucinaciones, sentimientos de persecución, frustración, despersonalización, desrealización, ansiedad, sudoración, mareos, agresividad, miedo, insomnio y taquicardia.
La persona que lo sufre también puede padecer de delirios tan pronto como llega a la ciudad: pues, hay un contraste muy marcado entre las ideas que algunos tienen sobre la denominada ‘Ciudad de la Luz’ y lo que es la verdadera ciudad.
Dicho estrés psicológico es el que experimentan muchos turistas que llegan a la capital francesa.
Aunque el síndrome se identificó hace más de treinta años, se sabe que afecta en mayor número a los ciudadanos japoneses, aunque hay quienes aún dudan de que este síndrome pueda existir. No obstante, la Embajada de Japón en Francia suele repatriar cada año a varios viajeros que dicen experimentar esta condición.
La autora Katada Tamami, en su artículo titulado Reflexiones sobre un caso de síndrome de París, informó sobre la experiencia de una persona con trastorno maníaco depresivo que había experimentado algunos de los síntomas señalados, por lo que sugirió que esto se debió a que la persona al encontrarse lejos de su familia y viviendo solo en París, llegó a perder su identidad.
La cara de la ciudad real
París es una ciudad que se ha presentado de manera idealizada en muchos filmes y esto puede ser lo que ha contribuido a que se considere como una de las ciudades más lujosas y hermosas en el mundo.
En muchas películas también se le destaca como ‘la ciudad del amor’, ‘la ciudad de la luz’, ‘la ciudad de la gran belleza’, entre otros calificativos. Siempre se le presenta su lado imponente. Esto también ocurre en la literatura, la moda y el arte.
No obstante, es una ciudad real, que no se encuentra lejos de tener ciertos problemas.
Cuando los turistas llegan a París, conocen la verdadera ciudad, en la cual, además de su rica cultura y gran belleza, hay una cantidad considerable de ruido, suciedad, alta densidad de población, contaminación y basura en las calles.
Por ello, cuando un visitante, especialmente si viene de una cultura tan distinta como es la japonesa, llega a la capital francesa, se puede dar cuenta del gran contraste que existe entre todo eso que imaginó y lo que es la ciudad de verdad. Esto le puede llevar a una completa decepción que le haga sentir ansiedad y delirios, además de otros síntomas psicosomáticos, como el vómito y la taquicardia.
¿Cuál es el tratamiento?
Si la persona presenta alguno de los síntomas descritos lo más conveniente es dirigirse al centro hospitalario más cercano, a fin de ser evaluado por un equipo médico.
Dependiendo de los síntomas, puede requerir una intervención médica de emergencia, hasta que se sienta estabilizado. Es posible, para ello, que el médico le indique algunos sedantes o calmantes.
Sin embargo, cuando la persona retorna a su país, debe buscar ayuda psicológica para entender por qué le ocurrió el síndrome.
No hay un período determinado para que los síntomas terminen, pero mientras persistan, se debe continuar en consulta psiquiátrica o psicológica.
- Gispert, P., Drobnic, M. E., & Vidal, R. (2006). ¿Síndrome de la clase turista o síndrome del viajero inmovilizado? Archivos de Bronconeumología, 42(7), 373-375.
- Katada, T. Reflexiones sobre un caso de síndrome de Paris. Revista del Hospital Nissei.
- Martínez Ruiz, M., & Martínez-Galdámez, E. (2006). Prevención del síndrome de la clase turista o de la trombosis del viajero. Med. mil, 225-229.
- Sánchez, L. P., Meneses, J. S. B., & Gil, X. S. (2020). Síndrome del viajero: belleza que enferma.