El perfeccionismo y Juan van de la mano. En su casa todo ha de estar siempre en orden. Cuando se percata que algo no está como le gustaría se apresura a cambiarlo. En el trabajo, cada vez que tiene que entregar un informe se convierte en un calvario ya que hasta que no considera que está perfecto no lo entrega. En cuando a sus relaciones amorosas todas han fracasado porque siempre encuentra algún «pero» a la gente con la que ha salido. Si bien es cierto que el perfeccionismo puede sacar parte de nuestra mejor versión, también puede indicar un factor de vulnerabilidad psicológica. ¡Profundicemos!
Perfeccionismo
Cada vez hay más investigación científica que asocia el perfeccionismo como factor de vulnerabilidad psicológica. Hace más bien poco, el perfeccionismo era visto como algo positivo y se reforzaba desde la educación, la sociedad, a nivel familiar etc. Sin embargo, esta conducta no siempre es positiva. Como describen De Rosa et al. (2012), el perfeccionismo es la tendencia a establecer altos estándares de desempeño en combinación con una evaluación excesivamente crítica de los mismos y una creciente preocupación por cometer errores.
Como indican los autores, combina una evaluación excesivamente crítica y una gran preocupación por cometer errores. De este modo, un perfeccionismo excesivo puede provocar un gran sufrimiento personal. Ser perfeccionista y no saber controlarlo puede acarrear problemas de ansiedad acompañados con ataques de pánico. Incluso puede llevar a tener obsesiones que solo se pueden aliviar con manías. Por lo que podría desembocar en un trastorno obsesivo-compulsivo. Así pues, en este caso, estaríamos hablando de un perfeccionismo desadaptativo.
Como se ha visto, los problemas de perfeccionismo pueden llevar a obsesiones. Por ejemplo, estar obsesionado con la alimentación porque no te guste tu cuerpo y buscas una alimentación lo más perfecta posible. También se pueden tener dificultades a nivel social al no tolerar ciertos aspectos de amigos, familiares o parejas. El perfeccionista también puede tener problemas para soportar la impaciencia, la frustración, manejar la ira y tolerar los cambios. Incluso, debido al grado de malestar, se puede somatizar y tener síntomas como cefaleas, problemas digestivos, etc.
¿Qué se esconde detrás? La autocrítica
Este tipo de perfeccionismo desadaptativo implica el deseo de conseguir la perfección, por lo que las expectativas de logro son muy altas. Sin embargo, la autocrítica conlleva un sesgo cognitivo negativo que va más allá de la consecución de un objetivo. Es decir, tanto si se consigue el objetivo que nos hemos propuesto como si no se consigue, la autocrítica tenderá a ser negativa. Incluso aunque el logro obtenido haya resultado exitoso.
De este modo y como resalta el equipo de De Rosa et al. (2012), detrás de este perfeccionismo desadaptativo, se esconde la autocrítica ya que frente a la falta de reconocimiento de los logros, se aumentan los estándares con la ilusión de que al lograrlos se experimente satisfacción, manteniéndose el circuito autodesvalorizador. ¿Qué quieren decir los autores? Que el perfeccionista, aunque consiga lo que quiere, no tiene la sensación de logro, por lo que cree que lo conseguirá en un futuro, pero como nunca siente esa sensación logro entonces la insatisfacción es continua.
Problemas interpersonales
Como se ha podido leer más arriba, los perfeccionistas desadaptativos pueden llegar a presentar grandes problemas interpersonales. Como indica Chemisquy (2017), estos problemas se deberían a una elevada sensibilidad a la crítica y al fracaso, a sus necesidades de pertenecer y de ser aceptados, y a la percepción de que los demás los aceptarán sólo si son perfectos. De este modo, las exigencias del perfeccionista consigo mismo pueden ser tales que podría acabar auto-aislado a nivel social.
Por ello, este tipo de perfeccionistas pueden presentar dificultades a la hora tanto de establecer como de mantener relaciones íntimas. Como destaca Chemisquy (2017), los perfeccionistas suelen percibir de forma muy escasa sus habilidades sociales, su autoestima y su estatus social, por lo que presentan altos niveles de ansiedad social, soledad, interacciones negativas y hostilidad interpersonal.
Un perfeccionismo adaptativo
Al contrario que el perfeccionismo desadaptativo, también existe el perfeccionismo adaptativo, es decir, aquel que nos impulsa a conseguir nuestras metas con un alto grado de desempeño pero sin obsesiones ni malestar. Por lo que a continuación se ofrecerán una serie de claves para dejar de lado el perfeccionismo desadaptativo.
1. El error como algo natural: no existe la perfección
Quizá este sea un punto complejo, pero es importante observar el error como algo natural, esto es, la perfección no existe. Cuando aprendemos una habilidad cometemos errores. Cuando hacemos un examen podemos sacar un 10, pero también un 5 y un 2. El hecho de que algunas cosas sean cuantificables no significa que lo sea todo en la vida. Por ello, es importante interiorizar el error y verlo como una oportunidad de aprendizaje. Aunque hayamos hecho una buen trabajo en nuestro puesto laboral y exista algún error, lo importante es el conjunto.
En muchas ocasiones, cuando organizamos un evento, los invitados pueden quedar absolutamente maravillados, sin embargo, el organizador o los organizadores son los únicos conscientes de que se han producido errores. ¿Qué han significado estos errores? Es decir, el resultado final ha sido más que satisfactorio, por lo que esos errores quedan completamente minimizados y nos sirven para aprender más que para fustigarnos. En este punto, se observa que muchas veces el resultado obtenido es bueno pero la insatisfacción es nuestra, por lo que es clave estar satisfechos con los buenos resultados aunque no los consideremos «perfectos».
2. Reducir el diálogo interno: mindfulness
A la base del perfeccionismo está un diálogo interno negativo, esto es, la autocrítica. Por ello, es importante conseguir calma mental y reducir este diálogo. Y no solo eso, sino cambiar nuestros pensamientos negativos por pensamientos más positivos, más optimistas. Así pues, una práctica ideal para conseguirlo es a través del mindfulness. ¿Qué nos puede aportar? Esta técnica nos aportará calma mental. Al prestar atención plena a un solo estímulo como puede ser la respiración, el resto de pensamientos disminuirán y seremos menos reactivos.
Es fundamental que los pensamientos que vengan a nuestra mente los contemplemos sin juzgarlos, de esta forma, no los alimentaremos con comentarios negativos y estableceremos distancia. Observamos los pensamientos, no los juzgamos y los dejamos pasar como nubes atravesando el cielo. De esta forma, y con la práctica continua, nuestra mente comenzará a ser menos reactiva y menos obsesiva, obteniendo una calma mental que elevará nuestros niveles de bienestar.
3. Trabaja las expectativas
Aferrarse a una expectativa para ser feliz puede conllevar todo lo contrario, infelicidad. Si depositamos nuestra felicidad en el resultado de un proyecto, siempre estaremos sometidos a lo que ocurra fuera de nosotros para ser felices. Por ello, es importante establecer expectativas reales. ¿Esto qué significa? A nivel mental podemos magnificar el resultado que vamos a obtener. Podemos imaginarnos un resultado tan perfecto que nunca lo alcanzamos, por lo que nos frustramos. Por eso es importante establecerse una expectativa real y contemplar que pueden haber imprevistos. Cuanto antes interioricemos esto, menos perfeccionistas desadaptativos seremos.
Conclusión
Ser perfeccionista es algo bien valorado e incluso es positivo si sabemos usar bien esa actitud, pero como hemos visto, si nuestro grado de perfección va más allá de ciertos límites, podemos acabar teniendo problemas psicológicos. Y es que un perfeccionismo exagerado puede ser síntoma de nuestra vulnerabilidad psicológica, es decir, no toleramos lo que no sea perfecto porque nos autoconvencemos de que somos erróneos. Por ello, es tan importante trabajar los puntos anteriormente citados y desarrollarnos a nivel psicológico y emocional.
- Chemisky, S. (2017). Las dificultades interpersonales de los perfeccionistas: consideraciones teóricas sobre el modelo de desconexión social. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 9 (2), 77-92.
- De Rosa, L., Valle, A., Rutsztein, G. y Keegan, E. (2012). Perfeccionismo y Autocrítica: Consideraciones clínicas. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 21 (3), 209-215.