¿Sientes que tú hijo se ha convertido en un gran desconocido? ¿Te gustaría poder comunicarte más y mejor con él?
En este artículo te ofrecemos algunas orientaciones que facilitarán vuestra comunicación.
En primer lugar, debes entender que la adolescencia está marcada por un fuerte sentimiento y necesidad de intimidad. Aspecto sobre el que será importante mostrar respeto y aceptar que el nivel de conocimiento acerca de su mundo personal, no será cómo el que tenías antes. No te frustres, recuerda que esta etapa pasará. No obstante, puedes seguir algunas pautas que permitan que no se bloquee vuestra comunicación, especialmente cuando quieres saber qué es lo que le preocupa:
1. Muestra atención y actitud de escucha cuando te habla
Algunas veces queremos saber cosas de nuestros hijos y les hacemos muchas preguntas, esperando que nos den la información en el momento en el que hacemos la demanda. Con frecuencia nos sentimos frustrados porque no obtenemos las respuestas que queremos. Tendremos que ser pacientes y esperar a que sean ellos los que compartan. Puedes dar ejemplo y compartir con él cosas que sean importantes para ti. Tendrás que estar atento y cuando sea él quien comparta, será muy importante que dejes de hacer lo que estás haciendo en ese momento y muestres toda tu atención a lo que te está diciendo. No escuches a medias, es decir, no veas la televisión mientras te habla, no mires el móvil, etc.
2. No te precipites
Es mejor mantener un silencio comprensivo. No quieras guiar la charla, muestra respuestas de escucha tales como si, uhum, claro, ya… respeta sus silencios y deja que termine de hablar.
3. Procura no utilizar demasiadas preguntas
Las preguntas pueden ser percibidas por el adolescente como una forma de interrogarlo o como una amenaza.
4. Evita dar consejos precipitados
Como padres siempre pensamos en el bienestar de nuestros hijos y por evitar su sufrimiento nos podemos precipitar a la hora de dar consejos o dar una respuesta a sus problemas. Por un lado, no le estaremos ayudando a largo plazo porque evitamos que desarrolle un pensamiento reflexivo. Por otro, dar un consejo precipitado puede distanciarnos más de él porque podemos estar transmitiendo una necesidad de control por nuestra parte. Seguir escuchando y no precipitarnos ayudará a nuestro hijo a explorar sus pensamientos y sentimientos para que encuentre sus propias soluciones sin sentirse juzgado. Continúa con las afirmaciones de escucha.
5. No niegues sus sentimientos
Algunas veces, les podemos decir cosas como no te preocupes, no pasa nada, no es para tanto, etc. Si lo hacemos, nuestro hijo no se sentirá comprendido. Intenta comprender cómo se siente y trata de empatizar con él, es decir, pon un nombre a la emoción que crees que puede sentir, aunque verdaderamente creas que su problema no es tan importante. Comentarios como: Vaya! seguro que estás muy enfadado, debes sentirte muy triste, entiendo, esto que te está pasando debe ser muy duro… Ayudan a que se sienta escuchado, comprendido y favorece que confíe en nosotros la próxima vez que quiera comunicarse.
Si después de haberle dejado expresarse y haber mostrado nuestra comprensión, creemos que tenemos que ofrecerle nuestra ayuda, será positivo que en lugar de ofrecerle la solución de forma directa le hagamos preguntas que le orienten hacía su propia búsqueda de soluciones. Si vemos que de esta forma, sigue sin encontrar solución a sus problemas, entonces sí podremos dar nuestro punto de vista, sin intentar imponérselo, simplemente con sugerencias como: qué tal si…, y si…, no piensas que sería útil, no crees…dejando claro que la decisión y la valoración de nuestras alternativas es suya.
Ana López Aranda (Centro de Psicología Psicomaster)