El paracetamol es uno de los fármacos más utilizados a nivel mundial en todas las edades. Suele ser indicado en la terapia del dolor, sobre todo en los escenarios postoperatorios. Su actividad es analgésica y antipirética. Esto quiere decir que funciona para calmar el dolor, así como para reducir la fiebre. Pero, a diferencia de otros medicamentos, como el ibuprofeno, el paracetamol no tiene efectos antiinflamatorios.
Origen del Paracetamol
La primera vez que el paracetamol se sintetizó fue en el año 1878 por Morse; no obstante, fue Von Mering quien lo comenzó a utilizar en la clínica en 1887 como un analgésico.
Tanto el paracetamol como la fenacetina –también indicada para aliviar el dolor y la fiebre- tienen un origen común. Sin embargo, tras comprobar los efectos tóxicos y cancerígenos, la fenacetina comenzó a ser retirada del mercado en 1978, quedando solamente el paracetamol.
Los estudios posteriores de Brodie y Axelrod lograron que el paracetamol o acetaminofén, como también es conocido en algunos países, fuese redescubierto y comercializado en 1950 como un analgésico no opioide ni esteroideo. Así fue como quedó reemplazada la fenacetina, y su alta toxicidad e impacto negativo en los riñones, por el paracetamol.
Hoy día, gracias a la seguridad y eficacia del paracetamol, este fármaco es utilizado en casi todo el mundo. Sus reacciones adversas son escasas siendo posible utilizarlo inclusive durante el embarazo y la lactancia, siguiendo siempre las dosis exactas prescritas por el médico.
Qué es el Paracetamol
El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es un medicamento analgésico y antipirético utilizado habitualmente para tratar el dolor y la fiebre. Se vende sin receta médica en la mayoría de los países y se puede encontrar en muchas formas diferentes, como tabletas, cápsulas, líquidos y supositorios.
Funciona al bloquear la producción de ciertas sustancias químicas en el cuerpo que causan dolor y fiebre. Se cree que actúa en el sistema nervioso central y en los tejidos periféricos para producir su efecto analgésico y antipirético.
El paracetamol es uno de los analgésicos más utilizados en todo el mundo y se considera un medicamento seguro y efectivo en dosis terapéuticas. Es especialmente útil para tratar el dolor leve a moderado, como dolores de cabeza, dolores musculares y dolores de muelas. También es comúnmente utilizado para tratar la fiebre asociada con resfriados y gripe.
Paracetamol: mecanismo de acción y posología
De acuerdo con el doctor Enrique Hernández-Cortez, en su estudio sobre este medicamento, el mecanismo de acción del paracetamol es el de inhibir las prostaglandinas en el sistema nervioso central, produciendo así analgesia. Asimismo, el paracetamol actúa inhibiendo la regulación del calor desde el hipotálamo, lo cual produce su efecto antipirético, a través de una vasodilatación periférica y aumento en la disipación del calor en el cuerpo.
De ello se deriva que el paracetamol puede ser utilizado para los siguientes padecimientos:
- Dolor de cabeza;
- Dolores dentales;
- Dolores durante la menstruación;
- Dolores postoperatorios;
- Dolores osteomusculares, y otras afecciones que cursen con dolor, como la artritis;
- Fiebre;
- Resfriado;
- Congestión nasal;
- Estornudos;
- Cuadros gripales.
Este medicamento se puede encontrar en las farmacias en diferentes presentaciones, tales como comprimidos efervescentes, sobres, capsulas, solución oral, supositorios y otros. Las presentaciones disponibles de este fármaco incluyen aquellas de 325 mg, 500 mg, 650 y hasta 1 g. No obstante, es frecuente que, a cada paciente, considerando su padecimiento en particular, se le administre la dosis mínima que sea eficaz para obtener el efecto que se busca.
A los adultos se les suele indicar una dosis diaria oral que oscila entre los 500 y los 1000 mg, cada seis u ocho horas, dependiendo de la intensidad del dolor o fiebre. En el caso de los niños, el personal médico evalúa su edad y peso para determinar la dosis adecuada. Se les suele indicar en su forma de supositorios o en solución oral. El sabor de esta última, por lo general, es agradable y tiene buena aceptación en los pequeños, lo cual facilita el cumplimiento del tratamiento.
Igualmente, es posible que el proveedor de salud indique la ingesta sin acompañar el fármaco con alimentos, para que estos no ralenticen su absorción en el organismo.
La combinación del paracetamol con otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos u opioides es bastante común, sobre todo cuando se desea aminorar el dolor somático postoperatorio.
Lo más recomendado es hablar con el médico y optar por la dosis que resulte más cómoda, a fin de poder cumplir con todo el esquema de medicación y que la aplicación del tratamiento en sí sea exitosa.
Efectos adversos del Paracetamol
Aunque se considera un medicamento seguro y efectivo en dosis terapéuticas, el uso prolongado o en dosis más altas de las recomendadas puede causar efectos secundarios. Además, en dosis altas y de forma continua pudiese producir nefropatía intersticial.
Entre los efectos secundarios más comunes del paracetamol se encuentran:
- Daño hepático: el paracetamol se metaboliza principalmente en el hígado y el consumo excesivo o prolongado puede causar daño hepático. El daño hepático puede ser grave y potencialmente mortal si no se trata a tiempo.
- Náuseas y vómitos: estas son reacciones adversas comunes al tomar paracetamol. Pueden ser más comunes en personas que toman dosis más altas de las recomendadas.
- Erupciones cutáneas: el paracetamol también puede causar reacciones alérgicas que se manifiestan como erupciones cutáneas. Estas reacciones son poco comunes, pero pueden ser graves en algunos casos.
- Problemas de estómago: el paracetamol puede irritar el revestimiento del estómago y causar problemas como dolor de estómago y diarrea.
- Dificultad para respirar: en casos raros, el paracetamol puede causar dificultad para respirar o una reacción alérgica grave que puede ser potencialmente mortal.
Es por ello que los médicos no recomiendan exceder la dosis máxima al día. Aquellos pacientes con anemia también deben tener un seguimiento, así como aquellos que presentan afecciones pulmonares, cardíacas o padecimientos renales.
Quienes consumen alcohol de forma regular también deber tomar precauciones, ya que pudiese estar propensos a sufrir daños hepáticos. Si se trata de alguien que padece de alcoholismo, es importante que lo haga saber al médico.
Los pacientes asmáticos también deben contar con supervisión médica para ingerir el fármaco.
Conclusiones
El paracetamol tiene poca interacción, lo cual permite que pueda combinar con otros medicamentos, siguiendo siempre las recomendaciones médicas. Su tolerancia también suele ser buena.
En algunos casos, puede ser indicado con otros principios activos para incrementar los efectos analgésicos. Pero esto debe hacerlo estrictamente el médico.
Los antigripales que se encuentran disponibles en las farmacias muchas veces combinan el paracetamol con otros compuestos descongestivos o antihistamínicos.
Aunque su uso es seguro, tal como se ha mencionado, siempre se deben seguir las prescripciones médicas.
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