¿Conoces a alguna persona que se ve obligada a tener todo bajo control constantemente? ¿Esa persona que necesita que todo esté ordenado, saber qué hacen todos los miembros de su familia, etc.? En ese caso, puede que estés ante alguien que sufre necesidad de control.
¿Qué es la necesidad de control?
La necesidad de control es la tendencia de algunas personas a tratar de controlar absolutamente todo lo que les rodea (y esto incluye tanto a cosas como a personas). No está catalogado como un trastorno, pero eso no significa que no sea algo peligroso.
Estas personas, además, consideran que esa necesidad de control es fundamental tanto para sí mismos como para quienes les rodean, por lo que no se detienen ante ciertos reparos morales que deberían cambiar el comportamiento normal de una persona.
¿A qué nos referimos? Son personas a las que no les importa manipular o utilizar el chantaje para lograr sus objetivos de “protección” (en realidad, de control). Y es que, en general, son personas que tienden a creer que saben lo que es más conveniente para ti que tú mismo.
Y, claro, hay que mencionar que hay aspectos que hay que controlar en la vida. Una persona debe ser capaz de controlar sus emociones, por ejemplo. También conviene hacer planes para tener controlado el futuro a corto y medio plazo (al menos, en los planos financieros y afectivos).
Sin embargo, cuando estos “controles” se convierten en algo obsesivo, nos encontramos ante un problema que conviene resolver. Generalmente, se trata de tener control sobre minucias a muy corto plazo. Por ejemplo, tratar de controlar la incertidumbre del futuro mediante la compra de una vivienda o casándote con la persona con quien quieres formar una familia es una forma sana de enfrentarse a la incertidumbre inherente a la vida.
Tratar de controlar cada pequeño gasto que se hace en la unidad familiar o tratar de controlar hasta el más mínimo detalle como actúa tu pareja son formas insanas de control que no sirven para enfrentarse a esa incertidumbre inherente a la vida. Y la necesidad de control, convertida en obsesión (que es de lo que trata este artículo) hace referencia a ese segundo tipo de control.
¿Cuál es el perfil de una persona con necesidad de control?
En general, la persona con necesidad de control es una persona bastante perfeccionista, con una baja autoestima (y, por tanto, insegura), que no tolera muy bien la frustración y que tiene miedo a que los demás le evalúen negativamente.
Además, es una persona que no sabe cómo manejar la incertidumbre inherente a la vida, y, aunque, a primera vista, puede parecer una persona con una gran fortaleza, en realidad se trata de una persona débil y vulnerable, con miedo a dejar que su vida fluya naturalmente.
¿Cómo identificar a una persona con necesidad de control?
Aquí te detallamos algunos puntos que pueden ayudarte a identificar a la persona con necesidad de control:
- Cree saber lo que les conviene a las personas que le rodean.
- Es incapaz de tolerar la incertidumbre.
- Tiene patrones de conducta habituales basados en la minuciosidad, comprobaciones, etc.
- Espera y exige lealtad y obediencia (en muchas ocasiones, solo la puede obtener de su familia).
- Le aterran las emociones.
- No se fía de los demás.
- Está en constante vigilancia ante los demás y ante las demás cosas.
- Se percibe como un líder, pero las demás personas lo perciben como un tirano.
- La imposibilidad de manejar la incertidumbre le lleva a tener conductas maniáticas, como el exceso de limpieza o el orden. Con ello, consigue cierta ilusión de control.
¿Eres una persona con necesidad de control?
Puede que, después de leer los puntos anteriores, no te veas reflejado en ellos. Sin embargo, a nadie nos gusta que nos digan lo que no queremos oír. Por tanto, podemos plantearnos otra forma de verlo.
Imagina la última vez en la que acudiste a un lugar nuevo con gente desconocida. ¿Te dedicaste a etiquetar a las personas según características como “no me gusta cómo mira”, “parece buena gente”, “se parece a tal o cual persona”? Este tipo de actuaciones, por ejemplo, también se encuadran dentro de la necesidad de control.
Hay que decir que este tipo de comportamientos, siempre y cuando sean ocasionales y puntuales, no son malos en sí mismos. Todos necesitamos cierta ilusión control para poder manejarnos en la vida. Sin embargo, tienes que estar alerta, porque, en la medida en que estos comportamientos se repitan muy a menudo, puedes correr el riesgo de convertirte en una clase de persona que te aseguro que no quieres ser.
Como puedes ver, la necesidad de control es un problema que puede llegar a generar importantes conflictos tanto para quien lo sufre como para quienes le rodean. Es por ello que, en los casos más graves, conviene obtener ayuda psicológica.