Los pericitos son células perivasculares que envuelven los capilares y las vénulas poscapilares mediante prolongaciones citoplasmáticas. Se localizan dentro de la membrana basal del endotelio, estableciendo una comunicación estrecha con las células endoteliales a través de uniones especializadas y señales bioquímicas.
¿Qué son los pericitos?
Los pericitos, también conocidos como células de Rouget o células murales, son células contráctiles que rodean los capilares y vénulas en todo el cuerpo. Su función es básica para el mantenimiento de la estabilidad y la homeostasis vascular, la regulación del flujo sanguíneo y el correcto funcionamiento de la barrera hematoencefálica en el sistema nervioso central (SNC).
Estos elementos celulares están incrustados en la lámina basal y establecen comunicación con las células endoteliales de los vasos sanguíneos más pequeños mediante contacto directo y señalización paracrina. Su presencia permite la integridad de la microcirculación, y realiza numerosos procesos fisiológicos relacionados con la homeostasis vascular y neural, previniendo la neurodegeneración, ayudando a la cicatrización y la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Su morfología varía según la localización y la función que desempeñan. Se caracterizan por su capacidad contráctil, lo que les permite influir en la regulación del diámetro de los capilares y, por ende, en el flujo sanguíneo.
Funciones principales de los pericitos
Los pericitos cumplen múltiples funciones en el organismo, entre ellas:
1. Regulación del flujo sanguíneo
Gracias a su capacidad contráctil, los pericitos pueden modificar el diámetro de los capilares, ajustando el flujo de sangre a las necesidades metabólicas de los tejidos. Este mecanismo es particularmente importante en el cerebro, donde la distribución del oxígeno y los nutrientes debe ser precisa.
2. Mantenimiento de la barrera hematoencefálica
En el sistema nervioso central, los pericitos ayudan a mantener la regulación de la barrera hematoencefálica, estructura que controla el paso de sustancias entre la sangre y el cerebro. Estas células contribuyen a la estabilidad de la barrera al influir en la integridad de las células endoteliales y en la composición de la matriz extracelular.
3. Angiogénesis y reparación vascular
Otra función de los pericitos es la angiogénesis, proceso mediante el cual se forman nuevos vasos sanguíneos. Participan en la estabilización de los capilares en desarrollo y regulan la diferenciación de las células endoteliales. Además, en situaciones de lesión, pueden desempeñar un papel reparador al contribuir a la regeneración de la vasculatura dañada.
4. Comunicación con células del sistema nervioso
Estas células interactúan con neuronas, astrocitos y células microgliales, influyendo en procesos neuroinflamatorios y neuroprotectores. En enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, se ha observado que la disfunción de los pericitos puede contribuir al deterioro de la barrera hematoencefálica y a la progresión del daño neuronal.
5. Participación en la respuesta inflamatoria
En situaciones patológicas, los pericitos pueden modificar su fenotipo y participar en respuestas inflamatorias. Su activación en enfermedades como la esclerosis múltiple o el accidente cerebrovascular puede influir en el desarrollo de procesos inflamatorios y en la permeabilidad de los vasos sanguíneos.
Pericitos en la neurohipófisis
En la neurohipófisis, los pericitos tienen una función específica en la modulación del contacto neurovascular. La membrana basal vascular en esta región tiene un perfil rugoso con amplios espacios perivasculares y estructuras denominadas protuberancias perivasculares. Estas estructuras aumentan la eficiencia de la difusión de neuropéptidos hipotalámicos y facilitan la comunicación entre neuronas y vasos sanguíneos.
Los axones de las neuronas neurosecretoras entran en contacto directo con los capilares fenestrados dentro de la neurohipófisis, lo que permite la liberación rápida y eficiente de hormonas en la circulación.
Disfunción de los pericitos
El deterioro o la pérdida de los pericitos se ha asociado con diversas enfermedades, especialmente aquellas que afectan el sistema nervioso y el sistema cardiovascular.
- Enfermedades neurodegenerativas: Se ha observado que la reducción de pericitos en el cerebro está vinculada con la progresión de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. La alteración en la barrera hematoencefálica debida a la disfunción de los pericitos facilita la entrada de sustancias neurotóxicas, lo que puede acelerar el daño neuronal.
- Accidentes cerebrovasculares: La falta de pericitos puede comprometer la capacidad del cerebro para recuperarse tras un ictus, al afectar la regeneración de los vasos sanguíneos y la reparación de la barrera hematoencefálica.
- Diabetes y retinopatía diabética: En la retina, la pérdida de pericitos es un factor clave en la aparición de la retinopatía diabética, una complicación que puede provocar ceguera. La degeneración de estas células conduce a un aumento en la permeabilidad de los capilares, favoreciendo la formación de edema y hemorragias.
- Imagen: De Nicola B. Hamilton, David Attwell, and Catherine N. Hall – Pericyte-Mediated Regulation of Capillary Diameter: A Component of Neurovascular Coupling in Health and Disease. Front Neuroenergetics. 2(5). doi: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2912025/, CC BY 4.0, Enlace
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