Cuando hablamos de dignidad, hacemos alusión a la cualidad que tenemos las personas de ser responsables tanto con nosotros mismos como con los demás y el no permitir que otros abusen de nosotros y nos degraden.
Ese valor intrínseco y supremo que tiene cada ser humano, independientemente de su situación económica, social y cultural, así como de sus creencias o formas de pensar. Recuerda que nuestra dignidad es el mayor valor que poseemos y por ello debemos respetarla.
En este artículo recopilamos las mejores frases sobre la dignidad que han perdurado con el tiempo, para que juntos nos acerquemos un poco más a este valor moral
Frases sobre la dignidad
Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado.
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.
Un hombre tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo.
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo.
Lo que más indigna al charlatán es alguien silencioso y digno.
Siempre habrá soledad para aquellos que son dignos.
No tengo derecho a decir o hacer nada que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de sí mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen.
Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización.
La dignidad no consiste en tener honores, sino en merecerlos.
La dignidad no tiene precio. Cuando alguien comienza a dar pequeñas concesiones, al final, la vida pierde su sentido.
El hombre ideal asume los accidentes de la vida con gracia y dignidad, sacando el mejor provecho de las circunstancias.
Las cosas tienen un precio y estas pueden estar a la venta, pero la gente tiene dignidad, la cual es invaluable y vale mucho más que las cosas.
Existen dos tipos de orgullo, el bueno y el malo. El “orgullo bueno” representa nuestra dignidad y nuestro amor propio. El “orgullo malo”, es un pecado mortal de superioridad que apesta a presunción y arrogancia.
Cuando el decoro es represión, lo único que los hombres carentes de dignidad tienen es hablar.
El tipo de belleza más difícil de encontrar viene de la interior, de la fortaleza, el coraje y la dignidad.
No importa lo que la gente te arrebate, nunca les dejes quitarte tu orgullo y tu dignidad.
Las amistades que están hechas para durar son aquellas donde cada amigo respeta la dignidad de otro, al punto de no querer en realidad nada del otro.
Aprendimos acerca de la dignidad y la decencia, que cuán duro trabajemos importa mucho más de lo que hacemos. Que ayudar a otros significa mucho más que sacar ventaja propia.
El amor propio es el fruto de la disciplina. El sentido de la dignidad crece con la habilidad de decirse que no a uno mismo.
Mientras los hombres y las mujeres se vuelvan más educados, el sistema de valores debería de mejorar, y el respeto por la dignidad humana y la vida humana, debería de ser mayor.
Acepto mi destino, cualquiera que sea, pero lucharé por mi honor y mi dignidad.
La dignidad es la recompensa de obedecer a tu corazón.
Ninguna raza puede prosperar hasta aprender que existe tanta dignidad en labrar el campo, como la que existe en escribir un poema.
Existe dignidad en tu ser, incluso si existe humillación en lo que haces.
Tan solo la moralidad en nuestras acciones puede darle belleza y dignidad a la vida
No cambies tu dignidad por popularidad.
Toda mujer tiene el derecho de ser tratada con dignidad y con respeto. Nadie puede humillarte o abusar de ti verbalmente.
La dignidad personal debe de ser medida con la vara de la conciencia propia, no a través del juicio de las demás personas.
La dignidad de la verdad se pierde tras mucha protesta.
Nuestra vanidad es el constante enemigo de nuestra dignidad.
La posesión más lujosa, el tesoro más valioso que todo mundo tiene, es su dignidad personal.
Esconder tus sentimientos cuando estás a punto de llorar, es el secreto de la dignidad.
Puedo perder muchas cosas en la vida, pero si pierdo mi dignidad, mi honor, entonces estoy perdido.
Todas las almas son bellas y preciosas, merecedoras de dignidad y respeto, y dignas de paz, alegría y amor.
Hónrate a ti mismo al actuar con dignidad y compostura.
La dignidad de uno puede ser agredida, vandalizada y cruelmente escarnecida. Pero no puede quitarse a menos que se entregue.
El acto más valiente sigue siendo pensar por uno mismo.
La dignidad de la naturaleza humana requiere que enfrentemos las tormentas de la vida.
Nunca comprometas quién eres por alguien. Si no te quieren de la manera que eres, es mejor que te dejen que perder tu identidad.
Nunca pierdas tu dignidad y autoestima tratando de hacer que la gente te quiera y te aprecie cuando ellos simplemente no están dispuestos a hacerlo.
La dignidad es como un perfume. Aquellos que la usan, rara vez son conscientes de ello.
El día en que nuestra dignidad sea completamente restaurada, será el día en que nuestro propósito deje de sobrevivir hasta que el sol salga la siguiente mañana.
Mediante la mentira, el hombre aniquila su dignidad como hombre.
Prefiero estar sola con dignidad, que en una relación donde sacrifique mi amor propio.
