René Descartes (1596-1650) fue considerado el primer hombre moderno por su pensamiento. Pertenecía a la nobleza francesa. Estaba muy interesado en las matemáticas, la ciencia y la filosofía. Se habla de él como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna. Por ese motivo hoy hemos querido traerte las mejores frases de Descartes en este post.
Descartes «resolvió» este problema reformulando las enseñanzas de Tomás de Aquino, acercando la importancia del libre albedrío, y aseverando que si bien es cierto que el cuerpo opera en gran parte como una máquina, la mente pertenece al alma, y no está sujeta a las leyes de causa y efecto. Esta es la doctrina del dualismo, para la cual cuerpo y mente son sustancias netamente definidas.
Postuló como corolario la doctrina del interaccionismo, según la cual cuerpo y mente de hecho se influyen entre sí en alguna medida.
Frases célebres de Descartes
No hay nada que esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos.
La principal perfección del hombre consiste en tener libre albedrío, que es lo que le hace digno de alabanza o censura.
La verdadera inteligencia consiste en descubrir la inteligencia ajena.
Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior que es la más dulce de todas las pasiones.
Cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto, para que la ofensa no la alcance.
La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales.
Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
Pienso, luego existo.
Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro hombre.
Muchas veces sucede que no hay tanta perfección en las obras compuestas de varios trozos y hechas por las manos de muchos maestros, como en aquellas en que uno solo ha trabajado.
Si no está en nuestro poder el discernir las mejores opiniones, debemos seguir las más probables.
No aceptes nunca como verdadera una cosa si no lo es para ti evidentemente. O sea: evita la precipitación.
Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.
Mejor es modificar nuestros deseos que la ordenación del mundo.
No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
Los malos libros provocan mala costumbres y las malas costumbres provocan buenos libros.
Ser incapaz de entusiasmo es señal de mediocridad.
Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.
Duerma yo o este despierto, dos más tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados.
Conviene tener en cuenta que muchas creencias se apoyan en el prejuicio y en la tradición.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, una vez en la vida.
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
No hay espíritu, por necio y grosero que sea, incapaz de adquirir las más altas virtudes si se le conduce como es menester.
Sentir no es otra cosa que pensar.
Mejor que buscar la verdad sin método es no pensar nunca en ella, porque los estudios desordenados y las meditaciones oscuras turban las luces naturales de la razón y ciegan la inteligencia.
La lectura es una conversación con los hombres más ilustres de los siglos pasados.
Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.
Divide las dificultades que examinas en tantas partes como sea posible para su mejor solución.
La alegría que nace del bien es seria, mientras que la que nace del mal va acompañada de risas y burlas.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas.
Hasta una falsa alegría suele ser preferible a una verdadera tristeza.
La principal perfección del hombre consiste en tener libre arbitrio, que es lo que le hace digno de alabanza o censura.
Para mejorar nuestro conocimiento debemos aprender menos y contemplar más.
Nuestra idea de Dios implica la existencia necesaria y eterna. Por tanto, la conclusión manifiesta es que Dios existe.
Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes.
La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.
Para mejorar nuestro conocimiento debemos aprender menos y contemplar más.
No admitas jamás cosa alguna como verdad sin haber conocido con evidencia que así era; es decir, evitar con sumo cuidado la precipitación y la prevención, y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintivamente a mi espíritu, que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda.
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.
Mi objetivo no es enseñar el método que todo el mundo debería seguir para utilizar bien su razón, sino únicamente mostrar cómo he tratado de utilizar bien la mía.
Pensad antes de obrar y no comencéis nada sin haber consultado las circunstancias bien a fondo.
Todo lo complejo puede dividirse en partes simples.
Despréndete de todas las impresiones de los sentidos y de la imaginación, y no te fíes sino de la razón.
No ser útil a nadie equivale a no valer nada.
Cuando uno emplea demasiado tiempo en viajar, llega a ser finalmente extranjero en su propio país.
Abrigamos una multitud de prejuicios si no nos decidimos a dudar, alguna vez, de todas las cosas en que encontremos la menor sospecha de incertidumbre.
La naturaleza aborrece el vacío.
Los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera en que uno está acostumbrado.