El cannabis es una planta que crece en zonas tropicales y mide entre 2 y 3 metros de altura. Contiene una sustancia llamada delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es la sustancia activa.
Formas de presentación del cannabis
La «marihuana o hierba» se trata de hojas secas y pequeños tallos de la Cannabis Sativa. También llamada maría, grifa o hierba: pertenece a la parte florida y tierna de la planta, secada y triturada posteriormente. El contenido de THC es de un 5 al 10%.
El «hashish o hash«, se obtiene prensando la resina de la planta hembra, obteniendo un trozo de color marrón. La concentración de THC en este caso es del 20% por lo que sus efectos son más intensos que la marihuana. También se denomina chocolate o costo: contiene entre 5 y 10 veces más TCH que la marihuana.
El «aceite de cannabis o aceite de hachis» es el resultado de mezclar la resina con disolventes (alcohol, acetonas, etc…), obteniéndose un extracto oleoso y el contenido de THC puede llegar a ser superior al 85%. Con él se pueden preparar pasteles y otros platos cocinados.
El THC sólo se puede consumir por inhalación o mezclado con la comida, ya que no se puede disolver en agua. La forma más común es fumarlo mezclado con tabaco, fabricando cigarrillos artesanales llamados «porros». Se suele tomar mezclado con tabaco rubio (con el negro no se nota tanto el sabor del cannabis) y envuelto en papel de fumar (canuto, porro, petardo). En algunos países se fuma en pipa.
La marihuana es una combinación de hojas trituradas, tallos y brotes de flor de la planta Cannabis Sativa. La marihuana puede ser fumada, comida, vaporizada, elaborada de numerosas formas e incluso tomada por vía tópica (a través de la piel o las mucosas), pero la mayoría de las personas la fuman.
El producto químico intoxicante de la marihuana es tetrahydracannabinol o THC. De acuerdo con recientes investigaciones, el contenido medio de THC de la marihuana de consumo ha aumentado desde menos de 1% en 1972, a 3 – 4% en la década de los 90, y a casi el 13% en la actualidad. El aumento de la potencia de este producto hace que sea difícil determinar sus efectos tanto a corto como a largo plazo.
¿Cómo se consume el cannabis?
En una encuesta realizada en el año 2010 por el National Survey on Drug Use and Health, hasta 17,4 millones de personas en los Estados Unidos dijeron que habían consumido marihuana en el último mes. Según esta encuesta, la marihuana es la droga ilegal más consumida. Alrededor de 4 de cada 10 estadounidenses han consumido marihuana al menos una vez en sus vidas.
La marihuana normalmente se fuma, se extiende sobre papel de fumar y se enrolla en forma de cigarrillo. El THC se absorbe en el torrente sanguíneo a través de los pulmones. Los tubos de vidrio y las pipas de agua son otras formas de fumar marihuana.
El cannabis también puede ser ingerida a través de los alimentos, a menudo es la opción preferida por aquellas personas que la están usando de forma medicinal. Aparte del popular bizcocho, la marihuana comestible puede añadirse a un gran número de alimentos, incluyendo dulces, helados y mantequilla. Algunos estados de EEUU donde se ha legalizado la marihuana, han emitido normas de envasado y etiquetado.
También se puede tomar en forma líquida, como si fuera un té. Se puede añadir a otras bebidas, incluyendo refrescos, leche y alcohol. El aceite de cannabis o hachís es una resina hecha de material vegetal concentrado. Otras formas de consumo incluyen cápsulas, aerosoles orales y aceites tópicos.
Un método relativamente nuevo de inhalar la marihuana es la vaporización. Calentando el cannabis a temperaturas bajas, los aceites y extractos de la planta se liberan. La marihuana vaporizada contiene menos cannabinoides, y los usuarios que la inhalan absorven menos compuestos tóxicos y monóxido de carbono en comparación con los que la fuman.
Efectos del consumo
A corto plazo
A corto plazo ofrece sensación de bienestar y tranquilidad, aumento del apetito, euforia, verborrea, congestión ocular, alteraciones de la percepción temporal y sensorial, y dificultades para los procesos mentales complejos. También da taquicardia, sequedad de boca, sensación de flotación, deshinibición, risa y puede que ilusiones ópticas. Tras estos efectos sobreviene un estado de somnolencia y depresión.
Si la dosis es muy elevada aumentan sus efectos nocivos, dando lugar a un estado de confusión mental, gran somnolencia y situaciones de pánico. Actúa como perturbador del SNC, alterando la percepción y creando dependencia psicológica.
A largo plazo
A largo plazo se produce una alteración en las capacidades de concentración y memoria, además de desmotivación general. También pueden aparecer efectos tóxicos sobre el pulmón y causar alteraciones en los sistemas reproductores masculino y femenino.
El síndrome de abstinencia se presenta con cuadros de anorexia, ansiedad, insomnio, irritabilidad y depresión.
Patologías asociadas: alteraciones respiratorias, cardiovasculares, neoplasia (cáncer de boca, bronquios, pulmón), alteraciones del SNC, síndrome amotivacional (falte de interés por las cosas), apatía y trastornos psicóticos con brotes de esquizofrenia, alucinaciones y delirios.
Consecuencias psicosociales: disminución del rendimiento, desmotivación, alteraciones de la memoria y la atención, falte de coordinación psicomotora, distorsiones de la percepción (crisis de ansiedad o pánico), riesgo de accidentes.
Efectos secundarios de la marihuana
La mayoría de los consumidores de marihuana disfrutan de su capacidad para inducir una sensación de euforia y placer, pero por desgracia esto no está exento de efectos secundarios.
Los efectos inmediatos del consumo de la marihuana incluyen latido rápido del corazón (taquicardia), desorientación, falta de coordinación física, a menudo seguida de depresión o somnolencia. Algunos usuarios pueden sufrir ataques de pánico o ansiedad.
Dado que el THC atraviesa la barrera placentaria, existe un gran riesgo en su consumo en mujeres embarazadas o que estén haciendo lanctancia materna, ya que la droga pasa al bebé.
Pero el problema no termina ahí. Según estudios científicos, el ingrediente activo del cannabis, el THC, permanece en el cuerpo durante semanas o incluso meses.
1. Problemas pulmonares
El humo de la marihuana contiene entre un 50% a un 70% más sustancias cancerígenas que el humo del tabaco. Un importante estudio de investigación demostró que un solo cigarro de cannabis podía causar más daño a los pulmones que cinco cigarrillos fumados uno tras otro. Se ha podido constatar que los fumadores habituales de cannabis a menudo sufren de bronquitis, tos y sibilancias.
2. Paranoia, psicosis y ansiedad
Otro efecto secundario mental de la marihuana son los síntomas psicóticos y la paranoia que los usuarios a menudo experimentan después de fumar.
Un estudio de 2015 encontró que el THC aumenta la paranoia en individuos que habían experimentado previamente síntomas. Pero el estudio también reveló que la paranoia no siempre es resultado directo de THC. La paranoia podría ser un subproducto de otros efectos del cannabis como la depresión y la sensación de tener una experiencia inusual.
3. Depresión
Aunque se ha demostrado que el cannabis puede actuar como un medicamento para ayudar a las personas a combatir la depresión, en algunos casos, podría funcionar de la manera opuesta.
Las investigaciones sugieren que la marihuana puede causar depresión sobre todo en los jóvenes. Del mismo modo, un estudio publicado en 2002 en la revista British Medical Journal concluyó que el uso frecuente de cannabis en adolescentes predice la depresión en los años posteriores.
Aún así, es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de depresión y que la marihuana puede afectar a cada tipo de forma diferente.
4. Deterioro de la memoria
Muchos estudios han demostrado que los consumidores de cannabis experimentan problemas de memoria a corto plazo; otros estudios sugieren que los cannabinoides alteran todos los tipos de la memoria.
Los jóvenes que consumen esta droga pueden estar en mayor riesgo. Un estudio de 2011 sugirió que la alteración de la memoria es más grave en los adolescentes consumidores de cannabis, e incluso podría tener un impacto más duradero.
Sin embargo, los usuarios frecuentes, a menudo se vuelven tolerantes a los problemas de memoria de cannabis puede causar.
5. Falta de motivación
Algunas personas están en contra del estereotipo de que los usuarios de marihuana pierden toda la motivación por el trabajo y los estudios. Si bien esto pude ser algo exagerado, hay mucho de verdad en esta creencia.
En una encuesta realizada en 2003, el 53% de los consumidores de marihuana confirmaron que habían tenido una pérdida de motivación.
La pérdida de motivación se podría explicar porque el cannabis afecta al cerebro. Algunos estudios sugieren que los consumidores de cannabis a largo plazo tienen niveles más bajos de dopamina, un producto químico en el cerebro que es directamente responsable de la motivación.
6. Aumento del apetito
Uno de los efectos secundarios más conocidos de la marihuana es la necesidad de ‘picar’. Poco después de fumar, muchos consumidores experimentan un aumento repentino del apetito.
Aunque los científicos aún no están seguros del mecanismo exacto que hay detrás de este efecto, un estudio de 2015 sugirió que la marihuana podría activar ciertas vías en el cerebro relacionadas con el hambre.
Algunos consideran que este efecto secundario podría ser beneficioso para las personas que consumen marihuana para tratar el dolor y la pérdida de apetito durante el cáncer y la quimioterapia.
7. Mareo
Muchos usuarios confirman sentirse mareados después de fumar cannabis, sobre todo cuando se levantan.
En un estudio realizado en 1992, el 60% de los participantes informaron que sintieron mareos de forma entre moderada y severa mientras estaban de pie después de fumar un cigarrillo de marihuana.
Aquellos que durante el estudio experimentaron mareos graves, también mostraron una disminución en la presión arterial, lo que proporciona una explicación plausible para este fenómeno.
Sin embargo, los estudios también demuestran que los usuarios frecuentes pueden desarrollar una tolerancia a muchos de los efectos a corto plazo de la marihuana, incluyendo las sensaciones de vértigo.
8. Sequedad de boca
La mayoría de las personas que consumen marihuana están familiarizados con el efecto secundario conocido como «boca de algodón”, lo que significa que los usuarios experimentan una sensación incómoda por la falta de producción de saliva.
Un estudio publicado en la revista Journal of Addiction Investigación en 2003, encontró que el 79% de los consumidores de marihuana experimentan sequedad en la boca.
Este efecto se puede minimizar masticando chicle o alimentos, ya que estimula las glándulas salivales para producir saliva.
9. Adicción
Como la mayoría de las drogas, hay un gran riesgo de adicción asociado con el consumo de cannabis.
Cuando una persona deja de consumir cannabis, los receptores de cannabinoides tienen que ajustarse a los niveles normales, lo que produce síntomas de abstinencia físicos y psicológicos.
Un estudio realizado el año 2010 encontró que el 42% de los usuarios que intentaron dejar de fumar experimentaron síntomas de abstinencia tales como irritabilidad, dificultad para dormir, y disminución del apetito.
El cannabis es una droga psicoactiva que activa las mismas regiones de recompensa del cerebro al igual que otras drogas de abuso como el alcohol, tabaco, cocaína, etc.
10. Problemas de fertilidad y efectos nocivos en el embarazo
Esta droga puede afectar nuestra salud física a muchos niveles. Por ejemplo, la marihuana puede cambiar la estructura de las células del esperma, deformándolas.
Por lo tanto, incluso pequeñas cantidades de marihuana pueden causar esterilidad temporal en los hombres. El consumo de marihuana también puede alterar el ciclo menstrual en la mujer.
El cannabis es uno de los pocos fármacos que causa la división celular anormal, lo que conduce a defectos hereditarios graves. Una mujer embarazada que fuma regularmente marihuana o hachís, puede dar a luz prematuramente a un bebé de tamaño insuficiente y un peso inferior al normal. Durante los últimos años muchos hijos de consumidores de marihuana han nacido con alguna malformación, padecen grandes dificultades de concentración y un mayor riesgo de tener leucemia (cáncer de la médula ósea).
Estudios recientes de marihuana
En un estudio realizado el 2016, se encontró un vínculo entre ciertos marcadores genéticos y síntomas de la adicción a la marihuana, lo que sugiere que algunas personas pueden tener una predisposición genética a la adicción a la marihuana. Ese mismo estudio mostró cierta superposición entre los factores de riesgo genéticos para la dependencia de la marihuana y los factores de riesgo genéticos de la depresión, lo que sugiere una posible razón por la cual estas dos condiciones a menudo se presentan juntas.
- González-Sáiz, F. (2012). Tratado de drogodependencias. Elsevier España.
- López-Muñoz, F., & Ucha-Udabe, R. (2016). Drogas: mitos y realidades. Ediciones Pirámide.
- Martínez, M. J. (2015). Drogas de abuso: psicofarmacología, legislación y tratamiento. Elsevier España.
- Montoya-Castilla, I. (2016). Marihuana: su impacto en la salud y en la sociedad. Revista Clínica de Medicina de Familia, 9(3), 209-216.
- Papaseit, E., & Pérez-Mañá, C. (2016). Marihuana: riesgos y beneficios para la salud. Adicciones, 28(4), 209-217.