Salvador Minuchin fue un psiquiatra y psicólogo argentino que desarrolló la terapia familiar estructural. Según esta escuela de pensamiento, los problemas de un individuo son el resultado de las disfunciones en las interacciones familiares. La fijación de fronteras (o límites) es un componente clave de este modelo.
Qué entendemos por fronteras en terapia Familiar
Las fronteras en la terapia familiar estructural se refieren a las reglas y expectativas que definen cómo los miembros de la familia interactúan entre sí. Estas fronteras pueden ser claras, difusas o rígidas.
- Fronteras claras: Cuando las fronteras son claras, existe un equilibrio saludable entre la dependencia e independencia entre los miembros de la familia. Esto permite a cada individuo mantener su propia identidad mientras todavía se siente parte de la familia.
- Fronteras difusas: Las fronteras difusas existen cuando los miembros de la familia están demasiado involucrados en las vidas de los demás. Esto puede dar lugar a una falta de privacidad y a una dependencia emocional excesiva entre los miembros de la familia.
- Fronteras rígidas: Las fronteras rígidas existen cuando los miembros de la familia están demasiado desconectados entre sí. Esto puede resultar en aislamiento y falta de apoyo emocional.
En la terapia familiar estructural, el terapeuta trabajará con la familia para identificar y modificar las fronteras disfuncionales. Esto puede implicar fomentar la comunicación abierta, enseñar habilidades de resolución de conflictos, y ayudar a la familia a desarrollar un mayor respeto por la individualidad y la privacidad de cada miembro. El objetivo es crear un sistema familiar que promueva el bienestar de todos sus miembros.
Cuáles son las técnicas de fijación de fronteras
Minuchin propuso dos técnicas principales para modificar las fronteras:
Modificar la distancia psicológica o afectiva
Esta técnica implica la observación y modificación de las interacciones emocionales entre los miembros de la familia. El terapeuta observará y analizará las interacciones que ocurren durante las sesiones, prestando atención a la proximidad física, a quién habla más, a quién se interrumpe, a quién se ayuda más y a otros indicadores similares. A partir de esta observación, el terapeuta puede sugerir cambios para aumentar o disminuir la proximidad emocional entre los miembros de la familia.
Por ejemplo, si una pareja con una crisis conyugal está involucrando a su hijo en su conflicto, un terapeuta puede modificar la disposición física de la familia en la sala. Si el niño se sienta entre los padres, el terapeuta podría mover al niño y colocarlo frente a los padres, sentándolos a ellos lado a lado. Este reajuste físico puede ayudar a los miembros de la familia a reconocer y corregir la invasión de las fronteras del niño y a trabajar para resolver sus problemas conyugales sin involucrar inapropiadamente al niño.
Modificar la duración de la interacción dentro de un sistema significativo
Esta técnica trata acortar o alargar un proceso de interacción para establecer límites más saludables. Por ejemplo, si los miembros de la familia pasan demasiado tiempo discutiendo sobre los problemas de un individuo, el terapeuta puede sugerir que se limite este tiempo para proteger las fronteras del individuo y para fomentar una mayor independencia.
Minuchin también introduce la idea de tareas para el hogar para reforzar las técnicas utilizadas en la sesión y promover el cambio fuera de la terapia. Estas tareas pueden incluir acciones concretas para establecer y mantener nuevas fronteras.
Estas técnicas son particularmente útiles para las familias con indiferenciación de roles, donde los miembros están demasiado fusionados. El objetivo final es crear un sistema familiar que respete y apoye la individualidad y la interdependencia de cada miembro.
Un caso de ejemplo
Consideremos una familia formada por dos padres y dos hijos adolescentes. En esta familia, los padres tienden a ser sobreprotectores y a asumir muchas responsabilidades que deberían pertenecer a los hijos. Como resultado, los adolescentes dependen demasiado de sus padres y tienen dificultades para desarrollar su independencia y responsabilidad.
Durante una sesión de terapia, el terapeuta observa que los padres responden constantemente a preguntas que se dirigen a los hijos y que los hijos raramente toman la iniciativa en las conversaciones. Las fronteras entre los subsistemas parental y filial están difusas y los roles se entremezclan.
Para empezar a corregir esto, el terapeuta podría usar la técnica de modificar la distancia psicológica. Por ejemplo, el terapeuta podría pedir a los padres que se sienten en silencio y permitan a los hijos hablar por sí mismos cuando se les haga una pregunta. Esto puede aumentar la separación emocional y psicológica entre padres e hijos y ayudar a los hijos a desarrollar su propia voz.
En cuanto a modificar la duración de la interacción, el terapeuta podría sugerir que los padres dediquen un tiempo cada semana para permitir que los hijos manejen sus propios problemas, mientras que los padres se abstienen de intervenir. Esta tarea para el hogar puede ayudar a reforzar los límites establecidos en la sesión y promover una mayor independencia de los hijos en el hogar.
Con el tiempo, estas técnicas pueden ayudar a restablecer límites claros y saludables dentro de la familia, fomentando al mismo tiempo la independencia y la madurez de los hijos.
- Minuchin, S. (1974). Familias y terapia familiar. México: Fondo de Cultura Económica.
- Minuchin, S., & Fishman, H. C. (1981). Técnicas de terapia familiar. Barcelona: Paidós.
- Nichols, M. P., & Schwartz, R. C. (2006). Terapia familiar: Conceptos y métodos. Madrid: Pearson.