La Escuela de Milan en terapia sistémica

Redactado por Isbelia Farias . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 21 junio 2024.
Descubre la influencia de la Escuela de Milan en la terapia sistémica y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.

La Escuela de Milan en Psicología es un enfoque terapéutico desarrollado por un grupo de psicólogos italianos a fines de la década de 1950 y principios de la década de 1960. La Escuela de Milan se enfocó en la terapia sistémica, en la que se exploran los patrones de interacción dentro de los sistemas y las formas en que estos patrones afectan la conducta individual.

Cómo se originó la Escuela de Milan

Este enfoque terapéutico fue desarrollado en Italia por un grupo de psiquiatras y psicólogos italianos que buscaban nuevas formas de abordar los trastornos alimentarios en adolescentes.

El grupo de psicólogos y psiquiatras que desarrolló la Escuela de Milan estaba compuesto por Mara Selvini Palazzoli, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Giuliana Prata, Luigi Prata, Luigi Onnis y Giuseppe Napoleone. Comenzaron a trabajar juntos en 1958 en el Hospital de San Raffaele en Milán, Italia, donde se especializaron en el tratamiento de trastornos alimentarios en adolescentes.

En sus primeros años, el grupo se centró en la terapia individual y en la hipnosis como método para tratar a los pacientes. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que estos enfoques no eran suficientes para abordar los trastornos alimentarios, ya que estos trastornos eran el resultado de patrones complejos de interacción y comunicación entre el paciente y su familia.

Estos terapeutas adoptaron entonces un enfoque innovador en el tratamiento de estos trastornos, utilizando un enfoque sistémico en lugar de centrarse exclusivamente en el individuo y sus patologías. Empezaron a trabajar con niños con anorexia nerviosa, poniendo particular interés en la díada madre-hijo e incluyendo a la madre en el tratamiento, observando la necesidad de incluir después a todo el contexto familiar. No satisfecha con los resultados de su trabajo psicoanalítico, durante los años 1967 al 1971, adopta el modelo sistémico estratégico del MIR de Palo Alto, influenciada por las ideas de Gregory Bateson, Jay Haley, Don Jackson y Milton Erickson.

La anorexia nerviosa

En 1967 funda en Milán el Instituto para el Estudio de la familia (Centro per lo Studio Della Famiglia di Milano). Cuatro años más tarde se incorporan al Instituto otros tres psiquiatras psicoanalistas más, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin y Giuliana Prata.

El punto de partida del grupo había sido su decepción con el psicoanálisis, para el cual buscaban un subtítulo científico. Sus miembros se orientaron hacia la teoría general de los sistemas y elaboraron una teoría de las relaciones familiares, auxiliándose con las nociones del doble vínculo y la paradoja en sus vertientes teóricas y prácticas.

En respuesta a esta comprensión, el grupo comenzó a desarrollar un enfoque sistémico en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Este enfoque se basaba en la idea de que los individuos no podían ser entendidos de manera aislada, sino que debían ser considerados en relación con los sistemas en los que vivían, especialmente sus familias.

En el desarrollo de su enfoque sistémico, el grupo de psicólogos y psiquiatras de Milán introdujo nuevas técnicas terapéuticas. En particular, desarrollaron la técnica de «reflexión circular», en la que el terapeuta utiliza preguntas circulares para explorar las interacciones en el sistema familiar y descubrir patrones de comportamiento y comunicación que puedan estar contribuyendo al problema.

Del grupo de Milán podemos destacar su interés en estudiar a las familias con problemas típicos de trastornos psicóticos o anorexia nerviosa. El enfoque de la terapia sistémica de Milán fue el llamado “análisis de la demanda de tratamiento”, a través del cual el terapeuta elabora su primera hipótesis relacional sobre el papel que cumple el llamado paciente identificado en el funcionamiento familiar.

El grupo de Milán se hizo rápidamente célebre por la importancia de su productividad científica. Sus componentes escribieron en 1975 el libro “Paradoja y contraparadoja” (“Paradosso e contraparadosso”) y el artículo “Hipotetización, Circularidad y Neutralidad: tres directrices para la conducción de la sesión», publicado en la prestigiosa revista Family Process. Ambos influirían enormemente en la “Terapia familiar sistémica”.

El grupo de Milán también desarrolló su enfoque en la terapia breve, que se centraba en abordar problemas específicos en un corto período de tiempo. Este enfoque se basaba en la idea de que los problemas eran más manejables si se abordaban temprano en el proceso de desarrollo.

A medida que la Escuela de Milan en Psicología se desarrolló, su enfoque sistémico y sus técnicas terapéuticas comenzaron a ser utilizadas en todo el mundo. El grupo continuó trabajando juntos y publicando investigaciones y artículos sobre su enfoque durante décadas, hasta que la mayoría de ellos fallecieron en la década del 2000.

La Escuela de Milan y el concepto de Juego Familiar

Un concepto básico desarrollado por el equipo de Milán es el de «Juego”, en el contexto de la terapia familiar. La demanda de tratamiento que presenta la familia y que el terapeuta ha de analizar será el «juego familiar».

El juego familiar se refiere a un proceso en el que los miembros de una familia se involucran en un juego o actividad estructurada mientras que el terapeuta observa las interacciones y patrones de comunicación en la familia. El terapeuta puede hacer preguntas y ofrecer comentarios para ayudar a los miembros de la familia a comprender mejor su dinámica y a trabajar juntos para resolver problemas.

El juego familiar se centra en la comunicación no verbal y en la observación de patrones de interacción en la familia. A través del juego, los miembros de la familia pueden expresar emociones y sentimientos que de otra manera podrían ser difíciles de verbalizar. El terapeuta puede observar cómo los miembros de la familia se relacionan entre sí y puede utilizar esta información para ayudar a la familia a identificar patrones problemáticos y a trabajar juntos para cambiarlos.

La técnica del juego familiar se basa en la idea de que las familias tienen su propio lenguaje y su propia forma de comunicación, y que los problemas en la familia pueden surgir cuando los patrones de comunicación son poco saludables o disfuncionales. El objetivo del juego familiar es ayudar a las familias a identificar estos patrones problemáticos y trabajar juntos para cambiarlos.

Paul MacLean y la Teoría del Cerebro Triuno

M. Selvini Palazzoli y sus colaboradores elaboran el concepto de “Juego» como metáfora pensando en expresiones muy utilizadas como pueden ser las de “juego político”, “juego financiero”, “juego de poderes”, “juego de equipo”, expresiones que generan asociaciones inmediatas con las ideas de grupo, equipo, jugadores, posiciones, mando, soldado, ataque, defensa, estrategias, tácticas, movidas, habilidad, alternación de turnos… Se trataría, por tanto, de un uso intuitivo e informal de la metáfora del juego, con la finalidad de producir asociaciones, semejanzas y lenguajes aptos para encuadrar del modo más inmediatamente inteligible los fenómenos que nos interesan. Así mismo, son términos de fácil comprensión para las familias tratadas, ya que forman parte de su lenguaje cotidiano.

Con este juego familiar, cada miembro de la familia envía y recibe mensajes verbales y analógicos de los otros miembros. En definitiva, cada uno intenta comprender e intenta hacer comprender a los demás las reglas que están permitidas y lo que no está permitido en la familia y en su “propuesta” de juego familiar.

Son reglas implícitas que tienen que ver con la historia de cada uno de los miembros de la familia, ya que estas reglas del “juego” son las que los padres han traído de sus familias de origen, pero también son las reglas que la propia pareja ha ido creando para su nueva familia, reglas del juego familiar que han ido modificándose a través de los años y que, posiblemente, han variado con sus cambios vitales: nacimiento de un hijo, emancipación, fallecimiento.

La Escuela de Milan también se centra en la importancia del cambio y la evolución en la terapia. Los terapeutas de la Escuela de Milan creen que las familias cambian y evolucionan con el tiempo, y que la terapia debe adaptarse y evolucionar con ellos.

Técnicas y estrategias de la Escuela de Milan

Las técnicas y estrategias de intervención que emplea el equipo de Milán son «prescripciones», «tareas» o «directivas», y son impartidas a los individuos y familias con unas finalidades muy concretas e intencionadas:

  • Finalidad terapéutica: el objetivo principal de la terapia es hacer que la familia se comporte de manera diferente, para que tenga así experiencias subjetivas diferentes.
  • Finalidad diagnóstica: las técnicas se usan para obtener información. La manera en que reacciona la familia, y en concreto cada uno de su miembros, al recibir una prescripción es esclarecedora con respecto a ellos mismos y a cómo responderán a los cambios deseados.
  • Finalidad relacional: se emplea para intensificar la relación entre la familia y el terapeuta: al decirle qué deben hacer, el terapeuta entra a participar en la acción y adquiere importancia, porque ellos han de hacer o no hacer lo que él les dice. Si deben hacer algo durante la semana, el terapeuta permanece ligado a sus vidas durante todo ese período de tiempo.

La Escuela de Milan utiliza una variedad de técnicas de intervención en su enfoque terapéutico, que están diseñadas para ayudar a las familias a mejorar su comunicación y resolver problemas. Estas técnicas incluyen:

1. Connotación positiva

La connotación positiva se refiere a la evaluación positiva que el terapeuta hace a la familia, de una conducta que, por lo general, se consideraría patológica o disfuncional.

Con esta técnica, el terapeuta intenta atribuir motivaciones positivas, a menudo en términos de «sacrificio para un bien mayor”, que vienen a ser una redefinición del problema, evitando toda apariencia de crítica o confrontación, al mismo tiempo que puede impedir así la resistencia de la familia, que tomará las palabras del terapeuta como una comprensión de que lo que les pasa o un mensaje que lo que hacen es por una buena razón y es comprensible.

Sobre la base de esta idea, los miembros del grupo de Milán determinaron que no solo se debe connotar positivamente la conducta del portador del síntoma, sino también la de todos los miembros de la familia, cumpliéndose así también una de las premisas antes comentadas de este grupo, que es que el terapeuta sea neutral con relación con todos los miembros de la familia.

2. Cuestionamiento circular

Esta técnica implica hacer preguntas específicas a cada miembro de la familia para comprender mejor sus perspectivas y patrones de comunicación. Por ejemplo, el terapeuta puede preguntar «¿Cómo crees que tu hermano te percibe cuando hablas con él?»

Desde una perspectiva sistémica el terapeuta hará las pregunta incluyendo a todos sus miembros, preguntando a cada uno de ellos como ve la interrelación de otros dos miembros de la familia. Esta técnica tiene por objetivo reunir, y a la vez trasmitir información dentro del sistema familiar. La información reunida ayuda a formular y legitimar hipótesis sobre la estructura dinámica de la familia.

Las preguntas circulares pueden ser:

Descriptivas

  • Al hermano mayor se le puede preguntar: ¿qué hace tu padre mientras tu madre acuesta a tu hermanito pequeño?
  • Al hijo le puede preguntar: ¿quién consigue calmar mejor a tu hermano, tu padre o tu madre?

Reflexivas

  • ¿Si su marido aumentara la disciplina con el hijo, se conseguirían mejores o peores resultados?
  • A un padre se le puede preguntar: ¿a quién cree que le ha afectado más el hecho de que María consuma drogas de nuevo, a su esposa o a su hijo?
  • A un padre. ¿Su hija dejó de comer antes o después de la muerte de la abuela?

3. Paradoja

La paradoja ha sido definida en el ámbito lógico-filosófico como un razonamiento que consiste en emplear expresiones o prácticas que encierran una contradicción.

El grupo de Milán ideó esta técnica para romper el juego familiar establecido. El terapeuta, elogiando lo que se considera “sintomático” o “enfermo”, connotándolo positivamente, manifestando su preocupación de que pueda desaparecer demasiado pronto, le pide al paciente o a la familia que continúe haciendo exactamente lo mismo en un lapsus de tiempo fijado. Con esta prescripción, que aparentemente se opone a los objetivos de la terapia, en realidad se está intentando llegar a ellos.

Para la familia, esta práctica es impactante, ya que está recibiendo un mensaje paradójico de su terapeuta, porque, habiéndoles dicho a sus integrantes que desea ayudarlos a cambiar, al mismo tiempo les está pidiendo que no cambien. El mensaje que la familia recibe es: «Cambien», y, dentro del marco del mensaje, «No cambien».

Esta técnica se utiliza para desafiar las creencias o comportamientos limitantes de los miembros de la familia. Por ejemplo, el terapeuta puede sugerir que alentar a un miembro de la familia a continuar su comportamiento disfuncional en realidad podría ayudarlo a cambiar.

4. Reframing o redefinición

La redefinición del síntoma implica reformular la situación o el problema de manera positiva o constructiva, con la intención de buscar y resaltar los recursos del sistema familiar. Se cambia la atribución del problema de causas negativas a causas positivas e incluso altruistas, no se valora positivamente el síntoma sino su relación con otras conductas más importantes, para la cual el sistema tiene, en realidad, la solución. Por ejemplo, el terapeuta puede cambiar la percepción de un problema como una lucha de poder en lugar de como una disputa de poder, para reducir la tensión.

Es una técnica cognitiva que evita las etiquetas o rotulaciones que utilizan la familia cuando definen explican su problema y esa misma explicación les está impidiendo el cambio. También ayuda al paciente identificado a descargar un poco la tensión y a cambiar la percepción que tiene de sí mismo y de la problemática.

5. Neutro-pregunta

Esta técnica implica hacer preguntas sin emitir juicios de valor para fomentar la reflexión y el auto-descubrimiento. Por ejemplo, el terapeuta puede preguntar «¿Qué piensas que podría estar pasando en la mente de tu padre cuando hace eso?»

6. Prescripción de tareas

Esta técnica implica asignar tareas a los miembros de la familia para trabajar en mejorar su comunicación o resolver problemas específicos.

Son tareas cuyo objetivo es cambiar las acciones de algún o algunos componentes de la familia, principalmente del que esté relacionado con el mantenimiento del síntoma. Se utiliza para observar la capacidad de cambio del sistema y mantener las transformaciones ya conseguidas, a partir de intervenciones paradójicas y ritualizadas, previas.

Por ejemplo, el terapeuta puede asignar a la familia la tarea de practicar la escucha activa durante una cena familiar. En conflictos de descalificación en la pareja, se puede pedir a uno de los cónyuges que haga caso omiso de las descalificaciones, los días pares y, sin embargo, que sí haga caso de los días impares.

7. Intervención directa

Esta técnica implica que el terapeuta ofrezca sugerencias o soluciones para resolver problemas específicos en la dinámica familiar. Por ejemplo, el terapeuta puede sugerir que la familia establezca un horario semanal para asegurarse de que todos pasen tiempo juntos.

Conclusiones

La Escuela de Milan en Psicología es un enfoque terapéutico que se centra en el sistema en lugar de enfocarse exclusivamente en el individuo y sus patologías. Los terapeutas de la Escuela de Milan utilizan técnicas como la reflexión circular para explorar los patrones de comunicación y comportamiento del sistema en cuestión, y creen que el cambio en una parte del sistema puede tener un efecto en otras partes del sistema y, por lo tanto, en el individuo en cuestión.

La Escuela de Milan ha tenido una influencia significativa en el campo de la psicología y la terapia. Su enfoque sistémico ha sido adoptado por muchos otros terapeutas y se ha utilizado para tratar una amplia gama de trastornos y problemas psicológicos. También ha contribuido al desarrollo de la terapia breve y la terapia estratégica, en la que se utilizan técnicas específicas para abordar problemas específicos en un corto período de tiempo.

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Referencias bibliográficas

  • Selvini Palazzoli, M., Boscolo, L., Cecchin, G., & Prata, G. (1980). Paradojas y contradicciones en psicoterapia. Gedisa.
  • Selvini Palazzoli, M., Cirillo, S., Selvini, M., & Sorrentino, A. M. (1996). El juego del sí y del no. Gedisa.
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  • Cecchin, G., Lane, G., & Ray, W. A. (1992). Continuando el hilo de la conversación: un nuevo modelo de terapia. Gedisa.
Isbelia Farias

Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.