A mucha gente le resulta placentero entrar a una tienda y dar rienda suelta a su condición de consumidor. Pero esta conducta tiene sus riesgos, es fácil que si nos dejamos llevar perdamos el control de nuestros gastos. Hay personas que son capaces de gastar más de lo que tienen poniendo en peligro su trabajo y familia, solo para satisfacer sus ansias de adquirir artículos sin parar. Son los compradores compulsivos o adictos a las compras.
Una adicción es una enfermedad que consiste en el desarrollo progresivo de una dependencia, que se puede generar hacia una sustancia como el alcohol, el tabaco o el cannabis o hacia una conducta determinada, como por ejemplo, el juego, el trabajo o las compras.
Qué es la oniomanía o compra compulsiva
La compra compulsiva, también conocida como trastorno de compras compulsivas o oniomanía, es un fenómeno psicológico y social que ha cobrado relevancia en las últimas décadas. Este comportamiento se caracteriza por una urgencia incontrolable de comprar, a menudo de manera irracional y desmedida, llevando a consecuencias negativas tanto financieras como personales.
¿Por qué surge esta adicción?
La compra compulsiva puede tener raíces diversas, incluyendo factores psicológicos, emocionales y culturales. Psicológicamente, puede estar asociada con la búsqueda de alivio a sentimientos de vacío, ansiedad o baja autoestima. Emocionalmente, comprar puede verse como una forma de gratificación instantánea o escape de la realidad. Culturalmente, el consumismo y la constante exposición a publicidad que incentiva la compra pueden jugar un papel crucial.
La excitación que siente un comprador compulsivo es similar a la que tienen las personas adictas al juego, el sexo o la droga.
Y al igual que en estas adicciones, la excitación que se siente durante la acción se apaga pronto y lo de menos es lo que se haya comprado. Al placer efímero le seguirán los remordimientos, el sentimiento de culpa y una ansiedad que solo se saciará con otro atracón consumista. También se le ha visto cierta similitud con la bulimia por lo que a estos consumidores se les denomina compradores bulímicos.
Es una adicción que a menudo pasa desapercibida. En nuestra sociedad los sujetos más valorados son lo que poseen o pueden llegara a poseer. Comprar está mucho mejor visto que robar, aunque la diferencia entre la cleptomanía y la adicción a las compras es básicamente que en la segunda se paga, aunque después no se pueda asumir el coste y la persona se endeude.
Compra impulsiva vs compra compulsiva
La comunidad científica se ha interesado en estudiar los efectos de la sociedad consumista y se sabe que la mayor parte de las personas realizan sus compras en función de intuiciones o impulsos. El 50 por ciento de nuestras compras son de este tipo. Esto es porque la compra activa los circuitos de recompensa del cerebro. La mayor parte de las cosas que compramos no las necesitamos, la publicidad y el marketing tiene como finalidad crear esas necesidades.
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Pero debemos diferenciar la compra impulsiva de la compulsiva o compra patológica. Ambos tipos de compra tienen en común el sentimiento de posesión y la necesidad de urgencia, pero en la compra impulsiva la persona no pierde el control. En la patológica el individuo otorga a los objetos un significado, de modo que al comprarlos le generan una sensación de satisfacción o placer momentáneo.
Características principales de la adicción a las compras
- La persona tiene un deseo intenso por comprar
- Tiene emociones intensas mientras realiza la compra
- Siente satisfacción y alivio tras haber comprado
- La persona compra bienes que no necesita, compra por comprar
- Pasado un tiempo de la compra, aquello que ha comprado ya no le interesa
- No es capaz de controlar su conducta adictiva
- Tiene sentimiento de culpa y se arrepiente después de comprar.
Causas que originan la compra compulsiva
Las causas más comunes de la adicción serían las siguientes:
- Obsesión por la apariencia física y la moda.
- Baja autoestima, la persona buscará aceptación en su grupo de amigos, intentando proyectar una imagen determinada.
- Cubrir carencias afectivas o vacíos internos. Comprando una persona puede sentir que controla este aspecto de su vida y así se distrae de los asuntos que le preocupan y que le produce malestar en su vida.
- Educación carente de límites. Las personas que han crecido en situaciones en las que sus caprichos se atendían de forma inmediata pueden interiorizar el pensamiento que los deseos no se posponen.
En la mayoría de casos la conducta adictiva es una vía de escape a los problemas de la persona. Cuando la persona está comprando no piensa en preocupaciones ni obligaciones. Desconecta de aquello que no le gusta en su vida, esto hace que se sienta bien durante un tiempo determinado y que la conducta se vuelva a repetir convirtiéndose en una adicción. En otros casos detrás de la conducta adictiva se encuentra un problema mayor como puede ser la depresión.
Así, las personas adictas a las compras suelen ser perfiles de personas con problemas como depresión o baja autoestima. Comprar es un momento para desconectar de los malos pensamientos que es lo que busca una persona en estado depresivo.
Impacto personal y social de la compra compulsiva
El impacto de la compra compulsiva en la esfera personal y social es multifacético y profundo. Afecta no solo al individuo que compra sino también a su entorno y, en una escala más amplia, a la sociedad.
Impacto personal
- Finanzas personales: Los compradores compulsivos a menudo enfrentan graves dificultades financieras, incluyendo deudas significativas, ahorros agotados, y en casos extremos, bancarrota. Esta situación puede llevar a un estrés constante sobre cómo manejar o escapar de las obligaciones financieras.
- Salud mental y emocional: La compra compulsiva suele ser un síntoma de problemas más profundos como la depresión, ansiedad, o baja autoestima. Los individuos pueden experimentar un ciclo vicioso de euforia temporal al comprar seguido de sentimientos intensos de culpa, vergüenza y desesperanza.
- Relaciones y aislamiento social: Las relaciones pueden sufrir enormemente, ya que las mentiras, el ocultamiento y el gasto excesivo erosionan la confianza y la comunicación con amigos y familiares. Esto puede llevar al aislamiento social, ya que la persona puede sentirse incomprendida o juzgada.
- Desempeño laboral: La obsesión por comprar puede afectar la concentración y el desempeño en el trabajo o en la escuela, llevando a un deterioro en la productividad y posiblemente a consecuencias laborales.
Impacto social
- Cultura de consumo: La compra compulsiva perpetúa y es alimentada por una cultura de consumismo, donde el valor de los individuos a menudo se mide por sus posesiones. Esto crea un ciclo donde el consumo excesivo se normaliza y fomenta aún más el comportamiento de compra compulsiva.
- Impacto económico: A nivel macroeconómico, mientras que el consumo impulsa la economía, la compra compulsiva puede llevar a un endeudamiento insostenible. Además, puede influir en la volatilidad de los mercados, especialmente si un número significativo de consumidores incurre en deudas que no pueden manejar.
- Sostenibilidad y desperdicio: La compra compulsiva contribuye a la sobreproducción y el consumo excesivo de recursos, lo que tiene un impacto negativo en el medio ambiente. La rápida obsolescencia de los productos y el desecho continuo generan cantidades enormes de residuos y agotan recursos naturales.
- Desigualdad social: Mientras algunos luchan con la compra compulsiva, otros enfrentan la escasez. Esta disparidad acentúa la brecha entre los que tienen y los que no tienen, y puede llevar a tensiones sociales y económicas.
Tratamiento
El primer paso es reconocer que el sujeto tiene un problema y buscar apoyo en el entorno familiar y amigos. La ayuda de un profesional es necesaria si la adicción es real.
El tratamiento para la compra compulsiva es un proceso integral y personalizado que combina diferentes métodos para abordar tanto los comportamientos como las causas emocionales y psicológicas subyacentes.
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es la más utilizada por su efectividad en este campo. Ayuda a los individuos a identificar patrones de pensamiento negativos o destructivos que conducen a la compra compulsiva y a desarrollar estrategias para cambiar estos comportamientos. Se complementa a menudo con terapia psicodinámica, que profundiza en las emociones y experiencias pasadas para entender las raíces del problema.
En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos, especialmente si el comportamiento compulsivo está relacionado con trastornos como la ansiedad o la depresión. Estos medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), deben ser administrados y supervisados por un profesional de la salud.
Además, el asesoramiento financiero y la educación sobre el consumo son también de gran ayuda. Aprender a manejar el dinero de manera efectiva y entender las tácticas de marketing puede ayudar a las personas a tomar decisiones más conscientes y evitar gastos impulsivos. Esto se combina con la educación sobre el consumo responsable y sostenible, lo que significa entender las consecuencias más amplias de las decisiones de compra.
Prácticas como el mindfulness y técnicas de relajación pueden ser herramientas muy valiosas para manejar el estrés y los impulsos. Encontrar actividades y pasatiempos que proporcionen satisfacción y gratificación también puede ayudar a reducir la dependencia de la compra para sentirse bien.
- Pellicer, M. (2006). Adicción a las compras. Isis tradicional Psicologia Humanista, 81-101.
- Salas Blas, E. (2014). Adicciones psicológicas y los nuevos problemas de Salud. Cultura: Revista de la asociación de docentes de la USMP, 28.
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