Modelos de interacción entre genética y entorno en Psicología

Redactado por Diego Barrero . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 20 febrero 2024.

Uno de los debates más conocidos en Psicología es la interacción entre genética y entorno; cuánto de importancia tienen uno y otro para explicar el comportamiento de los seres humanos. Cuando la corriente conductista se consolidó como la disciplina psicológica dominante en prácticamente todo el mundo, se afirmaba que el comportamiento humano se explicaba a través del entorno de las personas. Sin embargo, las últimas décadas han ganado credibilidad modelos neurocientíficos, que remarcan la importancia de la genética.

En la actualidad, aunque hay un mayor acuerdo sobre las aportaciones de ambas en el ser humano, sigue existiendo dicho debate, afirmándose con más frecuencia que el comportamiento es una compleja interacción entre genética y entorno, y no simplemente una porción exacta de uno y otra de otro, o un poco más de importancia para el ambiente y un poco menos para la herencia; ahora priman los modelos interaccionistas.

En este artículo veremos los principales modelos que explican detalladamente esta interacción, teniendo en cuenta que, aunque se admita la interacción entre ambos factores, cada uno le da más importancia de influencia a uno que a otro.

Modelo de colocación de límites de Gottesman

Irvin Gottesman, en 1974, sugirió que los genes interaccionan con el entorno situando unos límites superiores e inferiores de nuestro desarrollo (Vasta, 2009). Según este autor, nuestro ambiente y experiencias determinan dónde terminamos dentro de este margen de reacción. Veámoslo con un ejemplo:

Habilidades potenciales en niños nacidos con diferentes alturas: el grupo 1 está formado por niños portadores de un gen que les hace más bajos. Los grupos 2 y 3 representan respectivamente chicos y chicas típicos, que tienen una altura normal. El grupo D son chicos que han heredado genes que les hacen más bajos. Los individuos más altos tienen el margen potencial de capacidades para el baloncesto y los más bajos tendrían el más estrecho.

En este ejemplo, los genes han dispuesto los límites de las potenciales habilidades para el baloncesto de forma que los más bajitos no destacarán en esas habilidades independientemente de su entorno, mientras que los niños altos tienen mayores oportunidades de beneficiarse de un entorno que les proporcione un mayor apoyo (Vasta, 2009). Los genes juegan, entonces, un papel pasivo en el desarrollo humano, estableciendo los márgenes de reacción.

Modelo de elección de lugar de Scarr

Sandra Scarr propuso un modelo, en 1992, donde los genes juegan un papel mucho más activo en el desarrollo de los niños, siendo casi incluso los que se hacen cargo por completo de estos, incluyendo el tipo de entorno que los niños experimentan (Scarr, 1992). Scarr afirma que, aunque es cierto que los padres proporcionan el entorno a los niños, también le dan sus genes. Los genes del niño funcionan a su vez de tres formas, que cambian cuando el niño crece y pasa de la infancia a la adolescencia, para influir en el entorno familiar.

Durante la infancia, los genes ejercen su influencia de una forma principalmente pasiva, pero como los padres y el bebé comparten tantos genes iguales, el entorno que ellos crean es generalmente muy adecuado para el genotipo del bebé (Scarr, 1992, como se cita en Vasta, 2009). Tras crecer, los genes de los niños operan de un modo más evocativo, es decir, hacen cosas que provocan ciertas respuestas de sus padres y otras personas. Por ejemplo, un niño que habla y lee desde temprana edad, puede impulsar a sus padres a proporcionarle un entorno de lenguaje rico, que incluya libros, memorización, contar historias y juegos educativos.

Finalmente, cuando los niños consiguen una mayor independencia, sus genes pueden operar de manera más activa para producir un entorno que les sea adecuado, buscando entornos específicos o logares que encajen mejor con sus intereses y talentos.

Modelo de genética del entorno de Plomin

Por otra parte, Robert Plomin cree que el resultado del desarrollo de los niños está relacionado con los entornos familiares por dos razones: primero, los niños comparten muchos genes con sus padres, quienes, a su vez, proporcionan el entorno a sus hijos, y, segundo, los niños provocan en sus padres los tipos de respuestas y ambientes que son adecuados para sus genes (Plomin et al., 1984).

El concepto más importante del modelo de Plomin es el de entorno no compartido (Hetherington, Reiss y Plomin, 1994). Sabemos que los niños que crecen en una misma familia presentan muchas similitudes. Plomin afirma que esto es debido a que, aunque esos niños viven en una misma familia, no necesariamente experimentan el mismo ambiente. Además, los padres frecuentemente tratan de forma diferente a un niño y a otro, y los niños suelen responder ante los mismos hechos o experiencias familiares de forma diferente. Este modelo afirma que las diferencias existentes tienen su origen en los genes.

Aunque es cierto que el 50% de los genes de los hermanos son iguales, también hay un 50% de ellos que son diferentes, los cuales llevan a los hermanos a provocar diferentes tratos por parte de sus padres y a responder de formas diferentes ante las mismas experiencias (Vasta, 2009). Los aspectos del ambiente familiar que experimentan de forma diferente, los aspectos no compartidos, son los que hacen distintos a unos hermanos de otros.

La epigenética: el carácter abierto de la herencia genética

Modelo bioecológico de Bronfenbrenner y Ceci

Urie Bronfenbrenner y Stephen Ceci deriva del modelo ecológico de Bronfenbrenner, muy influenciado por el concepto de desarrollo en contexto (Benetti et al., 2013). Estos autores le dan mucha más importancia al entorno, admitiendo que los genes de los niños influyen en su desarrollo dirigiendo el entorno hacia la dirección adecuada, pero afirmando que éstos sólo pueden ejercer su influencia sobre el entorno cuando ciertas experiencias lo activan, experiencias a las que le dieron el nombre de procesos proximales.

Los procesos proximales son la interacción entre el niño y el mundo con el que el niño tiene contacto directo (padres, hermanos, juguetes, libros, mascotas) y que tengan un efecto positivo en el funcionamiento psicológico del pequeño (Bronfenbrenner y Ceci, 1994). Además, estas interacciones deben tener lugar de forma bastante continua y deben ser prolongadas en el tiempo. Cuando esos requerimientos se dan, los genes del niño pueden utilizar las experiencias para su fin, por lo que el niño alcanza su máximo potencial genético.

Si por el contrario, los procesos proximales son pobres o faltan en la vida del niño, los genes no pueden expresarse de forma completa y, por lo tanto, el desarrollo del niño quedará por debajo del que hubiera podido ser. Cuando el entorno del niño es rico y estimulante, estas interacciones tienen la mejor oportunidad de ayudar al niño a conseguir su máximo desarrollo de capacidades. Si el entorno es desventajoso y pobre, los procesos proximales pueden ayudar a prevenir resultados genéticos no deseables que podrían haber tenido lugar de otra manera (agresión, violencia…).

5-HTT, ¿está la felicidad en los genes?

Referencias bibliográficas

Diego Barrero Psicoactiva

Estudiante de Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Con ganas de aprender cada día más y poder compartir conocimiento sobre la Psicología.