Stephen Covey fue un autor exitoso capaz de cambiar la vida a muchas personas. Por ello, hemos querido revisar algunas de sus frases más inspiradoras.
Covey nació en Estados Unidos en el año 1932. Falleció trágicamente en el año 2012 tras un accidente mientras corría bicicleta. Sin embargo, su pensamiento desafiante permanecerá imborrable de la mente de muchas personas.
Stephen Covey sigue siendo uno de los autores más leídos a nivel mundial. Su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva superó los 25 millones de copias vendidas en el año 1989.
Luego de este texto, de referencia obligatoria hoy día, escribió otros títulos igual de audaces, tales como El liderazgo centrado en principios, El octavo hábito y La tercera alternativa.
En sus obras, Stephen Covey desarrolló sentencias capaces de despertar el entusiasmo de las personas más sedientas de superación personal.
Lo cierto es que Stephen Covey, a lo largo de sus páginas, desplegó todos sus conocimientos en el área de Administración de empresas, un título que había obtenido en la Universidad de Utah.
Asimismo, Covey hizo demostración de su capacidad en el manejo de temas sobre liderazgo y gestión empresarial. Por ello, una de las tesis más defendidas de Stephen Covey fue aquella según la cual no hay suerte en los resultados, sino que se trata de un conjunto de hábitos que se siguen.
En un momento, la revista Time lo consideró como una de las personas más influyentes en el mundo.
A continuación, repasamos algunas de las frase más interesantes y motivadoras de Covey.
Frases de Stephen R. Covey
Tu trabajo más importante está siempre por delante de ti, nunca detrás de ti.
Los líderes no nacen ni se hacen, sino que se hacen a sí mismos: el liderazgo es la consecuencia de las elecciones.
La administración es disciplina puesta en práctica.
Esta es una de las mayores comprensiones en el campo de la motivación humana: las necesidades satisfechas no motivan.
Una de las verdaderas pruebas del liderazgo es la habilidad de reconocer un problema antes de que se convierta en una emergencia.
Tienes que decidir cuál es tu máxima prioridad y tener el coraje de decir no a otras cosas.
A veces lo bueno es enemigo de lo mejor.
Si dos personas tienen la misma opinión, una de ellas es innecesaria.
Después de la vida misma, la facultad de elegir es nuestro mayor don.
Trate primero de entender, luego, de ser entendido.
La confianza es el pegamento de la vida. Es el ingrediente más importante en la comunicación eficaz. Es el principio fundamental que sostiene todas las relaciones.
El liderazgo personal es el proceso que consiste en mantener la perspectiva y los valores ante uno mismo y llevar una vida acorde con ellos.
La manera que vemos el problema es el problema.
Si realmente quiero mejorar la situación, puedo trabajar en lo único sobre lo cual tengo control: yo mismo.
Mientras que el liderazgo decide qué es «lo primero», la administración le va asignando el primer lugar día tras día, momento a momento.
El camino a la grandeza es un proceso de crecimiento secuencial de dentro hacia fuera.
Muchas personas padecen tratando de lograr una vida balanceada porque no han pagado el precio de decidir lo que es realmente importante para ellos.
Tomar iniciativa no significa ser molesto, agresivo o insistente. Lo que significa es reconocer nuestra propia responsabilidad para hacer que las cosas sucedan.
La tecnología reinventará los negocios, pero las relaciones humanas seguirán siendo la clave del éxito.
Cuando muestras profunda empatía hacia otros, tu energía defensiva baja y es reemplazada por energía positiva. Así es como puedes conseguir mayor creatividad resolviendo problemas.
Una vez que se ha identificado un objetivo atractivo, moverse hacia él es agradable, y no hacerlo es incómodo.
Deja de establecer metas. Los objetivos son pura fantasía a menos que tengas un plan específico para alcanzarlos.
El desafío no consiste en administrar el tiempo, sino en administrarnos a nosotros mismos.
La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes.
Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones.
La proactividad es tener la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
Procurar comprender requiere consideración; procurar ser comprendido exige coraje.
La gente perdona los errores, porque los errores suelen ser cosas de la mente, del juicio. Pero no se perdonan fácilmente los errores del corazón, la mala intención, los malos motivos, la justificación que por orgullo pretende encubrir el error.
Si te basas en principios, tenderás a mantener relaciones basadas en principios.
Se necesita una gran fuerza de carácter para disculparse rápidamente de corazón y no por lástima. Una persona debe poseerse a sí mismo y tener un profundo sentido de la seguridad en valores y principios fundamentales para disculparse genuinamente.
Nos determinamos a nosotros mismos por medio de nuestras elecciones.
Del mismo modo que desarrollamos nuestros músculos físicos mediante la superación de la oposición, como en el levantamiento de pesas, desarrollamos los músculos de nuestro carácter superando los desafíos y la adversidad.
La pasión nace del corazón y se manifiesta en forma de optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación. Ella alimenta un impulso implacable.
La obra de Stephen Covey nos permite comprender el mundo de otro modo, lejos del conformismo y la queja, pues, nos invita a asumir una actitud proactiva ante la vida y esforzarnos por lograr que las cosas sucedan.
- Covey, S. R. (2015). Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva: Edición de Imágenes. Mango Media Inc..
- Covey, S. R. (2013). The 8th habit: From effectiveness to greatness. Simon and Schuster.
- Covey, S. R., Merrill, A. R., & Merrill, R. R. (1995). First things first. Simon and Schuster.
- Covey, S. R., & Pentelides, O. (1993). El liderazgo centrado en principios. paidos.
