Lev Semiónovich Vygotsky(1896-1934), fue un psicólogo ruso de origen judío y uno de los más destacados teóricos de la psicología del desarrollo, fundador de la Psicología histórico-cultural y claro precursor de la Neuropsicología soviética. Su obra fue descubierta y divulgada por los medios académicos del mundo occidental en la década de 1960. Disfruta con esta pequeña recopilación de las mejores frases de Vygotsky.
Citas célebres Vygotsky
La conducta realizada es una parte insignificante de la conducta posible. El hombre, a cada momento, está lleno de posibilidades irrealizadas.
A través de otros nos convertimos en nosotros mismos.
Cuando no se comprende correctamente la naturaleza psicológica, no se pueden clarificar de ninguna manera las relaciones del pensamiento con la palabra en toda su complejidad real.
La cosa más admirable es que la conciencia del lenguaje y la experiencia social surgen contemporáneamente y de manera absolutamente paralela.
El niño comienza a percibir el mundo no solo a través de sus ojos sino también a través de su discurso.
El discurso y la acción son parte de la misma función psicológica compleja, que va dirigida hacia la solución del problema en cuestión.
Una necesidad solo puede ser realmente satisfecha a través de una determinada adaptación a la realidad.
El conocimiento que no proviene de la experiencia no es realmente un saber.
Una palabra desprovista de pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento que se pone en palabras no es más que una sombra.
Lo que un niño puede hacer hoy con ayuda, será capaz de hacerlo por sí mismo mañana.
Las personas con pasiones intensas, que logran grandes hazañas, que poseen sentimientos fuertes, mentes geniales y una personalidad fuerte, rara vez surgen de los niños y niñas buenos.
Si damos a los estudiantes la posibilidad en hablar con los demás, les damos marcos para pensar por sí mismos.
De los problemas nacen las teorías.
La verdadera dirección del desarrollo del pensamiento no es de lo individual a lo social, sino de lo social a lo individual.
Los mayores logros de un niño son posibles en el juego, logros que mañana se convertirán en su nivel básico de acción real.
El problema de la naturaleza psicológica de la conciencia se elude constante e intencionadamente en nuestra psicología. Todo el mundo procura no verlo, como si para la nueva psicología no existiese.
El maestro debe adoptar el papel de facilitador, no proveedor de contenido.
Para comprender el lenguaje de los otros no es suficiente comprender las palabras; es necesario entender su pensamiento.
El lenguaje es la herramienta de las herramientas.
Cualquier acto humano que da lugar a algo nuevo se conoce como un acto creativo, independientemente de si lo creado es un objeto físico o una construcción mental o emocional que vive dentro de la persona que lo creó y que solo él conoce.
Un pensamiento puede compararse con una nube que arroja una lluvia de palabras.
El aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y un proceso mediante el cual los niños acceden a la vida intelectual de aquellos que les rodean.
La psicología moderna -en general- y la infantil -en particular- revelan una propensión a combinar los problemas psicológicos y los filosóficos.
Lo que los niños pueden hacer con la ayuda de otros puede ser, en cierto sentido, incluso más indicativo de su desarrollo mental que lo que pueden hacer solos.
El aprendizaje es más que la adquisición de la capacidad de pensar; es la adquisición de numerosas habilidades para pensar en una gran variedad de cosas.
Ignorando el problema de la conciencia, la psicología se cierra ella misma el acceso al estudio de los problemas complejos del comportamiento humano. Se ve obligada a limitarse a sólo clarificar los vínculos más elementales del ser vivo con el mundo.
La experiencia nos enseña que el pensamiento no se expresa con palabras, sino que más bien se da cuenta de sí mismo a través de ellas.
La capacidad específicamente humana para el lenguaje permite a los niños proporcionar herramientas auxiliares en la solución de tareas difíciles, superar la acción impulsiva, planificar una solución a un problema antes de su ejecución y dominar su propio comportamiento.
El único aprendizaje «bueno» es aquel que está adelantado al desarrollo.
La psicología cae en un callejón sin salida cuando analiza el pensamiento verbal en sus componentes, pensamiento y palabra, y los estudia aislados.
En el juego, el niño siempre se comporta más allá de su edad, por encima de su comportamiento cotidiano habitual; en juego es, por así decirlo, una cabeza sobre sí mismo. El juego contiene en forma concentrada, como en el enfoque de una lupa, todas las tendencias de desarrollo; es como si el niño tratara de saltar por encima de su nivel habitual.
El pensamiento no se expresa meramente en palabras, sino que surge a través de ellas.
El cerebro no solo es un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras pasadas experiencias, sino que también es un órgano combinador, creador, capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos.
El defecto por sí solo no decide el destino de la personalidad, sino las consecuencias sociales y su realización sociopsicológica. Desde la perspectiva del futuro es la pedagogía un manantial inmenso de posibilidades en la formación del hombre y su futuro.
La pedagogía debe estar orientada no al ayer, sino al mañana del desarrollo del niño. Solo entonces puede llamar a la vida en el proceso de educación esos procesos de desarrollo que ahora se encuentran en la zona de desarrollo próximo.
La cultura está adaptada al hombre típico, normal, a su constitución, el desarrollo atípico condicionado por el defecto no puede arraigarse en la cultura de un modo diferente e indirecto como tiene lugar en el niño normal.
Se puede decir que la característica básica del comportamiento humano en general es que los humanos influyen personalmente en sus relaciones con el medio ambiente y, a través de ese entorno, cambian su comportamiento personalmente, sometiéndolo a su control.