Rumi fue un poeta y filósofo nacido en el año 1207, en Persia, un territorio que actualmente pertenece a Afganistán.
Cuando los mongoles se agruparon para invadir su tierra natal, la familia de Rumi huyó y se instalaron en la región de Konya, tierras que hoy pertenecen a Turquía, y que en ese momento se les llama “Rum”. Es por ello que a este poeta se le conoce como Rumi.
El camino que transitó Rumi fue el del sufismo, y es por ello que hoy día se le conoce como un hombre que predicó con excelencia y denuedo un camino hacia la espiritualidad.
A continuación, recogemos algunas de sus mejores frases.
Frases de Rumi
Hasta que la nube no llore, ¿cómo puede florecer el jardín?
El agua del arroyo cambia muchas veces, pero el reflejo de la luna y las estrellas en el agua siempre es el mismo.
Sé una lámpara, un bote salvavidas o una escalera. Ayuda a sanar el alma de alguien. Sal de tu casa como un pastor.
Donde hay ruina, hay esperanza para un tesoro.
Siembra el amor de los santos dentro de tu espíritu; no entregues tu corazón a nada salvo al amor de aquellos de corazones alegres.
Naciste con alas. ¿Por qué prefieres arrastrarte por la vida?
Sospecha de lo que quieres.
Hay una fuerza invisible dentro de nosotros; cuando reconoce dos objetos opuestos de deseo, se fortalece.
Usa la gratitud como una capa y ésta cubrirá cada rincón de tu vida.
Ven aquí donde las rosas se han abierto. Deja que el alma y el mundo se conozcan.
Dios ha sembrado en tu corazón el deseo de buscarle.
Deja de actuar tan pequeño. Tú eres el universo entero en movimiento.
Una libertad secreta se abre a través de una grieta que apenas se puede ver.
En vez de fiarte en tus defectos, concéntrate en la búsqueda.
No te aflijas. Cualquier cosa que pierdas, regresa con otra forma distinta.
Lucha redoblando tus esfuerzos, para que tu alma pueda escapar de esta prisión material.
Todos han sido hechos para algún trabajo particular y el deseo por ese trabajo ha sido puesto en cada corazón.
Mi corazón se ha transformado en un lápiz que el Amado sostiene entre sus dedos.
No te sientas satisfecho con las historias, con cómo le ha ido a los demás. Revela tu propio mito.
Debes derribar partes de un edificio para restaurarlo y lo mismo ocurre con una vida que no tiene espíritu.
Más allá de las ideas del bien y del mal, existe un campo. Allí nos encontraremos. Cuando el alma se acuesta en esa hierba, el mundo está demasiado lleno para hablar.
Quiero cantar como los pájaros cantan sin preocuparme por quién oye o lo que piensan.
Responde a toda llamada que excite tu espíritu.
Por medio del amor, lo amargo se vuelve dulce.
Por medio del amor, el cobre se torna oro.
Por medio del amor, el dolor se vuelve medicinal.
Cada uno ha sido fabricado para un trabajo en particular, y el deseo para ese trabajo ha sido puesto en cada corazón.
He orado tanto que me he convertido en una plegaria viviente.
Hay una fuente dentro de ti. No camines con un cubo vacío.
Bebe la palabra de la Sabiduría, ya que es la luminosa luz que Dios te ha ocultado al igual que las nubes cubren el sol.
Las heridas son el lugar por donde entra la luz en ti.
Nunca dejes de recordar a Dios, ya que acordarse de Él da al ave del espíritu fuerza, pluma y alas.
Antes de que la muerte se lleve lo que se te ha dado, da lo que tienes para dar.
El profeta contó que Dios dijo: no resido en el recipiente de lo elevado ni en el de lo bajo. Ni en la tierra ni en los cielos. Pero estoy en el corazón de mi fiel sirviente. ¡Qué maravilloso! Si me buscas, búscame ahí.
Trabaja en el mundo invisible al menos tan duro como haces en el visible.
Tu tarea no es buscar el amor, sino buscar y encontrar las barreras dentro de ti mismo que has construido contra él.
Responde a toda llamada que excite tu espíritu.
Estos dolores que sientes son mensajeros. Escúchalos.
Debes saber que el mundo de los seres creaos es como el agua clara y pura que refleja los atributos de Dios.
Aquí hay una carta para todo el mundo. Ábrela. Dice; vive.
Hay mil maneras de arrodillarse y besar la tierra.
No me arrepiento de lo mucho que amo, y evito aquellos que se arrepienten de su pasión.
Cada uno ha sido fabricado para un trabajo en particular, y el deseo para ese trabajo ha sido puesto en cada corazón.
Los amantes no se encuentran en ningún lugar. Se encuentran el uno al otro todo el tiempo.
¿Quién se levanta temprano para descubrir el momento en que comienza la luz?
¿No es hora de dar la vuelta a tu corazón, a un templo de fuego?
Lo que buscas te está buscando a ti.
Pon tus pensamientos a dormir, no dejes que arrojen una sombra sobre la luna de tu corazón.
Mi alma es de otro lugar, estoy seguro de eso, y tengo la intención de terminar allí.
Tus piernas se harán pesadas y cansadas. Luego vendrá el momento de sentir las alas que has criado.
El silencio es el lenguaje de Dios, todo lo demás es pobre traducción.
Eleva tus palabras, no la voz. Es la lluvia lo que hace crecer las flores, no los truenos.
El dolor que abrazamos se convierte en alegría. Llévalo a tus brazos donde puede cambiar.
Sé una lámpara, un bote salvavidas o una escalera. Ayuda a sanar el alma de alguien. Sal de tu casa como un pastor.
Trabaja en el mundo invisible al menos tan duro como haces en el visible.
Hay una canasta de pan fresco en tu cabeza y aun así vas de puerta en puerta pidiendo cortezas.
Dios te pasa de un sentimiento a otro y te enseña por medio de los opuestos, para que tengas dos alas para volar, no una.
La brisa de la madrugada tiene secretos que contarte. No te vayas a dormir.
El amor de Dios se arraiga en nuestro conocimiento de Dios.
La belleza y la grandeza de Dios le pertenecen a Él.
No pienses que el jardín pierde su éxtasis en invierno. Es silencioso, pero sus raíces están ahí debajo.
Solo desde el corazón puedes tocar el cielo.
La ignorancia es la prisión de Dios. La sabiduría es el palacio de Dios.
Mi alma es de otro lugar, estoy seguro de eso, y tengo la intención de terminar allí.
Estas son solo algunas de las más hermosas frases de Rumi. Por supuesto, hay muchísimas más porque su sabiduría se ha logrado mantener a salvo durante muchos siglos, para que al día de hoy continúen siendo una lumbrera para nuestros pies.