Paul Ekman es un psicólogo pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial. Ha sido considerado uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX. Ekman asume una perspectiva evolutiva, en el sentido de que el desarrollo de los rasgos y estados del ser humano, en el tiempo, es el fundamento de sus investigaciones.
Citas célebres de Paul Ekman
La gente malinterpreta los acontecimientos, especialmente el significado de las acciones de otras personas y los motivos que llevan a éstas a actuar de una manera u otra.
Ninguna relación importante sobrevive si la confianza se pierde totalmente.
Una promesa rota no es una mentira.
La mayoría de las mentiras triunfan porque nadie se molesta en averiguar la verdad.
Recuerde que la prueba del polígrafo no es un detector de mentiras. Sólo se detecta la activación emocional.
El miedo puede ocurrir simultáneamente con la tristeza, la rabia o el disgusto.
Las sonrisas son, probablemente, las expresiones faciales más subestimadas, mucho más complicados que la mayoría de la gente piensa. Hay docenas de sonrisas, cada una diferente en apariencia y en el mensaje expresado.
La mentira es una característica central de la vida, de tal forma que una mejor comprensión de la misma es relevante para casi todos los asuntos humanos.
Nosotros experimentamos las emociones como nos suceden, no como las hemos elegido.
Algunas personas tienen una respuesta de ira muy fuerte, mientras que en otras la ira es moderada.
Las emociones pueden suplantar los motivos más poderosos en nuestras vidas. Las personas no van a comer algo que es horrible. Algunos incluso morirán de hambre. La emoción triunfa sobre el hambre, sobre el sexo y el deseo de vivir.
La gente también sonríe cuando es miserable.
Se espera que la persona infeliz oculte sus sentimientos negativos, y ponga en una sonrisa de cortesía para acompañar al «Estoy bien, gracias, ¿y cómo está usted?” Como respuesta al «¿Cómo estás hoy?”. Los sentimientos verdaderos probablemente no se detectan, no porque la sonrisa sea una buena máscara, sino porque en los intercambios corteses la gente rara vez se preocupa de cómo la otra persona realmente se siente.
Las emociones cambian la forma en que vemos el mundo y cómo interpretamos las acciones de los demás.
¿Se puede saber cuándo un político está mintiendo? ¡Cuando él mueve los labios!
La vergüenza está relacionada con la culpa, pero hay una diferencia. Para sentir culpa no necesitamos audiencia, pero para sentir vergüenza necesitamos el rechazo y ridiculización de los demás. La distinción entre estas dos emociones es fundamental porque puede llevar a que una persona reaccione de maneras diferentes. El deseo de liberarse de la culpa puede llevar a una confesión, el deseo de evitar la vergüenza puede llevar a no hacerla.