Heráclito de Éfeso (535 a. C. – 475 a. C.) fue un importante filósofo griego, conocido por su doctrina del cambio como elemento central del universo, y por establecer el término Logos en la filosofía occidental como la fuente y orden fundamental del cosmos. Se le conocía como «el oscuro» por el carácter enigmático de muchas de sus afirmaciones.
Te dejamos aquí algunas de sus mejores citas para que puedas reflexionar.
Citas célebres de Heráclito
No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad.
Ningún hombre pisa dos veces el mismo río, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre.
Es más difícil luchar contra el placer que contra la ira.
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Lo único que es constante es el cambio.
Es mejor ocultar la ignorancia que exponerla.
Mucho aprendizaje no enseña comprensión.
La abundancia de conocimiento no enseña a los hombres a ser sabios.
Todos somos uno.
Lo diferente está unido, y de las diferencias resulta la armonía más bella.
El dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad. Y muda como el fuego.
El hombre, como una luz en la noche, se enciende y apaga.
Los ojos son testigos más exactos que los oídos.
El modo de ser humano no comporta capacidad de juicio; el divino sí la comporta.
La gente debería luchar para mantener su ley y defender las murallas de la ciudad.
Son muchos los malos; sólo unos pocos son nobles.
Los que aman la sabiduría deben investigar muchas cosas.
El que no espera lo inesperado nunca lo encontrará.
No sería mejor si las cosas sucedieran a las personas tal como lo desean.
Tu integridad es tu destino… es la luz que guía tu camino.
¿Cómo puedes esconderte de lo que nunca desaparece?
El sol es nuevo cada día.
Los despiertos comparten un mundo común, pero los dormidos se convierten en mundos privados.
Es en el cambio que encontramos un propósito.
El silencio es sanación.
El contenido de tu personaje es tu elección. Día a día, lo que elijas, lo que piensas y lo que haces es en lo que te conviertes.
Pensar es una enfermedad sagrada y la vista es engañosa.
Los perros también ladran a lo quien no conocen.
Es necesario saber que la guerra es común y la justicia discordia, y que todo sucede según discordia y necesidad.
Diez mil no vuelven la balanza contra un solo hombre de valor.
El alma seca es la más sabia y la mejor.
La salud humana es un reflejo de la salud de la Tierra.
El carácter del hombre es su destino.
Los hombres que aman la sabiduría deben estar familiarizados con muchas cosas en verdad.
El camino hacia arriba y el camino hacia abajo es el mismo.
La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.
Quien no puede buscar lo imprevisto, no ve nada por el camino conocido, es un callejón sin salida.
El alma está teñida del color de tus pensamientos.
El parecer de uno, enfermedad sagrada.
La mayoría de las personas no comprende las cosas con las que se encuentran a diario, ni, cuando se les instruye, tienen un conocimiento correcto de ellas, aunque parecen tenerlo.
Estamos más cerca de nosotros mismos cuando alcanzamos la seriedad del niño al jugar.
La sabiduría es la unidad de la mente que guía e impregna todas las cosas.
Muerte es todo lo que vemos despiertos; sueño lo que vemos dormidos.
Si todas las cosas se convirtieran en humo, las narices sabrían distinguirlas.
Los buscadores de oro cavan mucho y hallan poco.
La vida es un niño jugando, moviendo piezas en una partida.
No hagas reír hasta el punto de dar motivo a la risa.
Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.
Los cuerpos muertos han de desecharse con mayor motivo que el estiércol.
Este mundo, que es el mismo para todos, no ha sido creado por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que fue siempre, es y será fuego eternamente vivo que se enciende según un orden regular y se apaga según un orden regular.
Mayores destinos ganan mayores recompensas.
Inmortales, mortales; mortales, inmortales; viviendo la muerte de aquéllos y muriendo la vida de éstos.