San Juan Bosco, cuyo nombre de pila era Juan Melchor Bosco, fue un sacerdote, educador y escritor italiano, que vivió entre los años 1815 y 1888.
Fundó, no sin grandes dificultades, la Congregación Salesiana, y desarrollo un moderno e innovador sistema pedagógico para la formación de niños y jóvenes que no tenían más salida que la mendicidad y la delincuencia.
En 1934, San Juan Bosco sería canonizado por el papa Pío XI, debido a su gran labor social y a la Iglesia. La Familia Salesiana es uno de los grupos católicos más importantes del mundo, presente en 130 países.
Frases célebres de San Juan Bosco
La mejor obra que se puede hacer en este mundo es atraer las almas perdidas al buen sendero, a la virtud.
Haz el bien mientras aún tengas tiempo.
¡Ánimo! Todo pasa. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día.
¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!
La buena educación es el germen de muchas virtudes.
La dulzura en el hablar, en el obrar y en reprender, lo gana todo y a todos.
Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde.
Un buen consejo lo aceptaría, aunque viniera del diablo.
Sed prudentes al juzgar.
Dios favorece al hombre alegre.
Hay que tener la paciencia como compañera inseparable.
Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma.
¡Cuántas almas se pueden atraer con el buen ejemplo!
El ocio es un vicio que arrastra consigo a muchos otros vicios.
Nuestro mayor enemigo es la pereza; combatámosla sin descanso.
A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan.
No dejes para mañana el bien que puedas hacer hoy. Quizás no haya un mañana.
Tolera las imperfecciones de los demás si quieres que los demás toleren las tuyas.
Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse.
Quien tiene la conciencia en paz, lo tiene todo.
Olvida los favores hechos, pero no los recibidos.
El pasado debe ser maestro del futuro.
El principio de todo vicio es la soberbia.
La falta de modestia en el hablar, indica falta de criterio.
El dinero no puede satisfacer el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es esto lo que produce la verdadera satisfacción.
Disimula las faltas ajenas y nunca te burles de nadie.
Comprenderás mejor la importancia del bien, si consideras que tu salvación eterna o tu condenación, depende únicamente de ti.
Si tuvieses que morir en este momento, ¿a dónde irías?
Recordad que la educación depende de la formación del corazón.
De la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones.
La verdadera religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras.