Lo que ocurre en nuestro cerebro cuando hacemos silencio

Redactado por Isbelia Farias . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 4 octubre 2024.
Descubre cómo el silencio afecta a nuestro cerebro y por qué es importante encontrar momentos de tranquilidad en nuestra vida diaria.

“Nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas”. Jacinto Benavente

El silencio es definido como la ausencia de ruidos, sin embargo, cada día es más difícil encontrarlo, sobre todo para quienes viven en grandes ciudades en las que hay gran contaminación acústica.

La mayor parte de las actividades del hombre se desarrollan con ruido; así, podemos percibir el sonido que generan las maquinarias de las industrias modernas, el tráfico de automóviles, además de otras resonancias dañinas.

Hace unos años, para el 2015 exactamente, la Organización Mundial de la Salud ya preveía que más de mil millones de jóvenes estaban en riesgo de perder la audición, no solo por la contaminación acústica en los bares, eventos deportivos y clubes nocturnos, sino también por el uso de aparatos de audio, como los teléfonos móviles y otros dispositivos.

Esto nos lleva a reflexionar sobre lo peligroso que puede ser para la salud, tanto física como mental, el ruido excesivo, además de la necesidad de volver hacia el silencio.

Pero, lo más sorprendente es que el silencio no solo puede cuidar nuestra audición y asegurar el bienestar psíquico, sino que también cumple importantes funciones en nuestro cerebro.

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando hacemos silencio?

No en vano las prácticas orientales de meditación se han convertido en un auge últimamente, pues, si algo tienen en común la mayoría de ellas, es que el silencio es una constante.

Hoy día es sabido que los ruidos pueden aumentar los niveles de glucosa en la sangre, de cortisol, elevar la presión arterial, afectar los procesos cognitivos, sobre todo los relacionados con el aprendizaje de los niños, entre otros padecimientos que a la larga llevan a la ansiedad y la depresión.

Asimismo, también se conoce que la contaminación acústica es muy peligrosa, sobre todo cuando esta es de noche y afecta nuestro patrón de sueño. No obstante, con solo un poco de silencio podemos experimentar la neurogénesis, un proceso que contribuye con nuestra plasticidad cerebral.

El Silencio

Un estudio liderado por Imke Kirste, en el que aborda el tema del silencio, señala que la neurogénesis adulta agrega plasticidad en un área del hipocampo, lo cual nos permite ganar flexibilidad en todas aquellas situaciones en las que obtenemos una información novedosa que necesita ser integrada a las representaciones que tenemos establecidas.

De modo que, la autora expone a favor del silencio, acotando que en estos entornos las neuronas recién nacidas tienen más posibilidad de sobrevivir.

En cambio, una investigación de Thomas Münzel aborda el tema de los efectos cardiovasculares que resultan de la exposición al ruido ambiental, y las conclusiones no son nada alentadoras. Para Münzel, el ruido contaminante no solo impacta de forma negativa en el sistema auditivo, sino que también perturba el sueño y deteriora las capacidades cognitivas.

Además, el autor mencionado encontró evidencia de que el ruido ambiental está asociado con la hipertensión arterial, el accidente cerebrovascular y el infarto al miocardio, tal como se ha señalado. La mayoría de las indagaciones que se han hecho en torno al tema del ruido y sus consecuencias, sugieren que el silencio vale oro, gracias a todos los efectos positivos que genera en nuestro cerebro.

Entre otras ventajas, el silencio permite que se active la red de modo por defecto en nuestro cerebro, la cual nos facilita hacer introspección, es decir, mirar hacia nuestra interioridad. Si estamos ocupados y perturbados por todos los estímulos sonoros que recibimos, esta actividad resulta mucho más difícil, ya que dicha red se inhibe.

Además de enriquecer nuestra espiritualidad y vida interior, el silencio nos ayuda a reparar el daño que el ruido causa en el cerebro. Por ello, en algunas ocasiones, se valen las escapadas a la naturaleza, para encontrar silencio… y a nosotros mismos.

El silencio en la terapia

El silencio ha cobrado tanta relevancia, que en la actualidad es considerado dentro de varias corrientes al momento de hacer terapia. Pues, bien sea por parte del paciente o del terapeuta, hay momentos en los que el silencio sirve para comunicar información relevante y contribuir en el proceso de encuentro terapéutico.

En el silencio, muchas veces se comunican estados emocionales que son significativos. A su vez, algunos terapeutas recurren al silencio para transmitir al paciente comprensión, seguridad y contención.

Por último, cabe señalar que no solo en la vida cotidiana es beneficioso el silencio, sino también en la práctica clínica terapéutica, en tanto que promueve la reflexión y permite la expresión de algunos sentimientos.

Autoconocimiento y Salud Mental: La importancia de conocerse a uno mismo
Autoconocimiento y Salud Mental: La importancia de conocerse a uno mismo

“El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”. Aristóteles El autoconocimiento es un arma psicológica muy...

Lectura Recomendada

  • Hill, C. E., Thompson, B. J., & Ladany, N. (2003). Therapist use of silence in therapy: a survey. Journal of clinical psychology59(4), 513–524. https://doi.org/10.1002/jclp.10155
  • Hume, K. I., Brink, M., & Basner, M. (2012). Effects of environmental noise on sleep. Noise & health14(61), 297–302. https://www.noiseandhealth.org/article.asp?issn=1463-1741;year=2012;volume=14;issue=61;spage=297;epage=302;aulast=Hume
  • Kirste, I., Nicola, Z., Kronenberg, G., Walker, T. L., Liu, R. C., & Kempermann, G. (2015). Is silence golden? Effects of auditory stimuli and their absence on adult hippocampal neurogenesis. Brain Structure and Function220(2), 1221-1228.
  • Lane, R. C., Koetting, M. G., & Bishop, J. (2002). Silence as communication in psychodynamic psychotherapy. Clinical psychology review22(7), 1091–1104. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0272735802001447?via%3Dihub
  • Münzel, T., Gori, T., Babisch, W. y Basner, M. (2014). Efectos cardiovasculares de la exposición al ruido ambiental. Revista europea del corazón35(13), 829–836. https://academic.oup.com/eurheartj/article/35/13/829/634015
Isbelia Farias

Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.