Muchas veces hemos escuchado que cuando una persona se enamora siente “mariposas en el estómago”, pero hoy día podemos certificar que esta afirmación es cierta. Las famosas mariposas en el estómago se relacionan con la producción de adrenalina en el cuerpo. El enamoramiento provoca el aumento de adrenalina, el cual incrementa su producción en el cuerpo cuando nos encontramos en situaciones donde debemos responder rápidamente ante alguna circunstancia del ambiente.
El enamoramiento se define como un estado emocional en el cual una persona se siente poderosamente atraída hacia otra.
Si lo analizamos a partir de sus bases bioquímicas, podremos ver que se trata de un proceso que se origina en la corteza cerebral, posteriormente se dirige hacia el sistema endocrino, donde se modulan ciertos cambios fisiológicas y químicos en el hipotálamo por la acción de la dopamina.
Amor y enamoramiento no son lo mismo, y es fácil confundirlos. El enamoramiento es como un estallido emocional, mucho más intenso que el amor que conocemos, pero por el contrario es un estado pasajero.
Enamorarse produce un efecto parecido a tomar cocaína
En sus inicios el enamoramiento provoca el mismo efecto en el organismo humano que una dosis de cocaína, según demostró el psicólogo Arthur Aron de la Universidad de Nueva York a partir de la tomografía del cerebro.
En el experimento llevado a cabo en el 2010, los participantes miraban fotos de sus enamorados/as mientras hacían la prueba de imagen. Lo que observaron es que, en ese momento, la zona de su cerebro se saturaba de dopamina, sustancia que aparece en la sangre cuando tenemos sensaciones agradables como, por ejemplo, mantener relaciones sexuales, comer chocolate o consumir drogas.
A esta sopa de hormonas se les unen más tarde la oxitocina y la vasopresina, que estimulan la formación del contacto emocional entre los enamorados.
La oxcitocina aparece en los momentos en que dos enamorados se miran fijamente a los ojos durante un tiempo, al abrazarse o durante un acto sexual. Esta hormona también ayuda a la formación del contacto emocional positivo entre la madre y el recién nacido.
La vasopresina, por su parte, forma vínculos emocionales en los hombres.
Más estudios sobre los efectos del amor en el cerebro
Helen Fisher, antropóloga de la universidad de Rutgers y experta en la biología del amor, ha determinado que durante la fase del enamoramiento que experimentamos los humanos, el cerebro pasa por un proceso que se considera único, ya que no se experimentan esos cambios en otros momentos de la vida.
Cuando nos enamoramos los efectos que podemos experimentar son
- Sentimiento intenso de alegría y felicidad.
- Aumento de la energía.
- Sensación de euforia y de ser capaz de todo.
- Pérdida del ritmo normal biológico de sueño e incluso insomnio.
- Temblor generalizado.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
Se estima que las personas que están enamoradas gastan de media más del 85% de las horas del día pensando en la persona a la que aman. Y lo curioso es que no piensan en ella de forma consciente, sino que el propio cerebro elabora pensamientos intrusivos, los cuales aparecen de pronto y sin ser evocados.
Los pensamientos intrusivos forman parte de la base de una determinada obsesión. Es algo así como no poder quitarte una determinada idea o imagen de la mente aunque quieras. Puede ser comparable a como cuando se nos “pega” una canción y la cantamos un sinfín de veces a penas sin darnos cuenta.
La razón biológica de la obsesión en el enamoramiento parece estar relacionada con una disminución del nivel de serotonina en el cerebro. De hecho, las personas diagnosticadas de trastorno obsesivo compulsivo, a nivel orgánico padecen la misma disminución de serotonina y tienen también durante el día pensamientos de corte intrusivo.
Uno de los descubrimientos más chocantes de los muchos que se han realizado sobre la neurociencia del amor como ya hemos visto, es que, en nuestro cerebro, el enamoramiento tiene un efecto muy similar al de una droga.

Si alguna vez has pensado que el amor hace que nos volvamos adictos a alguien en concreto es porque has experimentado un fenómeno que los neurocientíficos han comprobado en ambientes de laboratorio.
Cuando nos quedamos prendados de alguien, nuestro cerebro aprende a segregar por sí mismo una gran cantidad de sustancias que producen un estado de éxtasis agudo, que llega de repente.
Enamorarse es como lanzarse de un precipicio. Tu cerebro grita que no es una buena idea y que el dolor y el daño inevitablemente llegarán a ti. Pero tu corazón cree que puede elevarse, deslizarse y volar”, de Marie Coulson.
11 curiosos efectos secundarios del enamoramiento, científicamente probados
El amor es una emoción intensa y a la vez compleja. De hecho, es capaz de alterar nuestra forma de ver y entender la realidad. Así de poderoso es estar enamorados. Por este motivo se han realizado a lo largo de la historia numerosos estudios científicos que han intentado arrojar luz a los cambios que se producen en el cerebro, y en general en el cuerpo humano, cuando se encuentra bajo ese estado.
1. Sube la autoestima
Cuando nos enamoramos y sentimos que el amor es recíproco, esto se traduce en una inyección de autoestima, ya que entendemos que somos merecedores de la atención de la otra persona y por tanto dignos de ser amados como seres únicos e insustituibles. La necesidad innata de reconocimiento del ser humano por nuestros iguales se encuentra en estos momentos en lo más alto de la escala de valor.
2. Nos vuelve “locos”
Aunque no siempre sucede, al parecer si es algo bastante habitual. Lo que ocurre es que las personas enamoradas muestran comportamientos parecidos a los de un trastorno obsesivo-compulsivo, siendo la “obsesión” del momento el hecho de pensar en su pareja gran parte del día y llegando a sentir esto como algo invasivo.
3. Altera la concentración
Otro de los efectos secundarios del enamoramiento del que hablamos llega de la mano de Henk van Steenbergen, de la Universidad de Leiden de los Países Bajos.
Según este investigador, las personas enamoradas muestran serias dificultades para llevar a cabo tareas que requieren de concentración y atención. Al parecer la necesidad de tener a la persona amada cerca puede hacernos perder la concentración al pasar todo el tiempo pensando en ella. Este efecto se nota especialmente al principio de las relaciones.
4. Nos pone eufóricos
A nivel biológico, el enamoramiento produce en nuestro cerebro un efecto similar al consumo de sustancia psicotrópicas, ya que nuestras redes neuronales lo interpretan de esta forma. El estado es tal que hasta podemos perder la noción de la realidad y el tiempo.
Lucy Brown, neuróloga en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York lo demostró mediante el estudio de resonancias magnéticas en parejas enamoradas.
Al parecer, a nivel psicológico, la pareja satisface nuestras ilusiones de amor y en sus inicios como la relación lleva poco tiempo y existe un cierto desconocimiento mutuo, la mente tiene lugar para todo tipo de sueños, provocando una sensación de logro que, tarde o temprano, se acabará topando con la realidad. Como todo, los efectos del enamorarse y la euforia puede darse con distintos niveles de intensidad, pudiendo ser saludable, como también nociva.
5. Somos menos sensibles al dolor
Nuestra salud emocional, física y cognitiva depende directamente de nuestros vínculos con otras personas. Una de nuestras fuentes primordiales de bienestar es la posibilidad de amar y ser amados.
Según el psicólogo Arthur Aron, de la Universidad de Stony Brook de Nueva York, numerosas áreas del cerebro se activan cuando estamos enamorados. Algunas de esas regiones son las que también se activan cuando tomamos medicamentos que reducen el dolor. Gracias a los estudios de la neurociencia, por ejemplo, sabemos que el dolor y la cantidad de flujo sanguíneo cerebral tienen una relación directa con nuestros pensamientos. En ocasiones sólo por el hecho de abrazar a alguien o cogerle de la mano, la persona ya experimenta una clara disminución de la sensación del dolor.
6. Caminamos más despacio
Al parecer la principal responsable de que esto suceda es la empatía y el poder que tiene la intimidad en una relación de pareja. El amor requiere de un espacio íntimo y tranquilo para poder “saborear” las emociones y la ternura, con tiempos más lentos y flexibles. ¿Será que nos sentimos tan felices que no queremos que el tiempo pase? Sea como fuere, parece ser que los hombres se ven más afectados que las mujeres. aunque según algunas investigaciones, los más probable es que se deba a que ellos adaptan su ritmo al caminar al de su pareja cuando andan juntos.
7. Pupilas se dilatan
Las investigaciones sugieren que la dilatación de las pupilas se relaciona con estados emocionales intensos, como estar enamorado. Este fenómeno se asocia al estado emocional tan intenso que vivimos cuando nos enamoramos. Por lo que, en los primeros estadios de una relación, nuestros ojos sí parecerán el espejo del alma, como se suele decir popularmente.
8. Agudiza la voz
No es extraño que muchas personas al enamorarse, afirman que se sienten rejuvenecer. Pero la respuesta a este fenómeno es otra. Según las investigaciones, los amantes tienden a imitar las voces de sus parejas como signo de afecto, respeto e identidad compartida.
9. El ritmo cardíaco se acompasa
Este efecto secundario sucede cuando la relación es muy íntima. Por ejemplo, durante el acto sexual, se sincronizan los latidos y las emociones de ambos miembros de la pareja.
Este mismo efecto de los latidos del corazón se observa en los bebés recién nacidos cuando se ponen en el pecho de la madre. Es un fenómeno muy hermoso y que nos demuestra de lo importante que es el amor y el contacto físico para nuestro bienestar físico y emocional.
10. El amor nos ciega
Como habremos podido notar más de una vez, la pasión manda por sobre la razón. En una primera etapa del enamoramiento, la principal fuerza del vínculo es el deseo, así como la euforia y la alegría que genera pasar tiempo con la persona amada. Muchos estudios han demostrado que en esta etapa tendemos a ver a la otra persona como queremos verla, más que como es en realidad. Por si fuera poco, nosotros hacemos lo posible por mostramos como creemos que la otra persona le gustaría vernos, así que es un pez que se muerde la cola.
11. Nos vuelve más valientes y temerarios, sobre todo a los hombres
Esta reacción tiene que ver con el deseo de impresionar. Funciona como una especie de cortejo primitivo. Se ha visto que, frente a mujeres atractivas en general, los hombres se ponemos más tensos y pueden correr más riesgos para llamar su atención y transmitirles una sensación de protección, control, destreza física, etc.
- Aron, A., Fisher, H., Mashek, D, Strong, G., Li, H. y Brown, L. (2005). Sistemas de recompensa, motivación y emoción asociados con el amor romántico intenso en la etapa inicial. Revista de Neurofisiología, 93, 327-337.
- Fisher H, Aron A, Brown LL. Amor romántico: un estudio fMRI de un mecanismo neural para la elección de pareja, Journal of Comparative Neurology 5; 493 (1): 58-62, 2005.
- Fisher, HE, Xu, X., Aron, A. y Brown, LL (2016). Amor intenso, apasionado y romántico: ¿una adicción natural? Cómo los campos que investigan el romance y el abuso de sustancias pueden informarse entre sí. Frontiers in Psychology, 7, 687.
- Helen E. Fisher, Lucy L. Brown, Arthur Aron, Greg Strong, Debra Mashek. Sistemas de recompensa, adicción y regulación emocional asociados con el rechazo en el amor. Journal of Neurophysiology 104: 51-60, 2010.
- Henk van Steenbergen. Control cognitivo reducido en amantes apasionados. https://www.researchgate.net/publication/271740194_Reduced_cognitive_control_in_passionate_lovers
