¿Cuánta información puede almacenar nuestro cerebro?

Redactado por Maria Gabriela Canelon . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 16 octubre 2024.

Los modelos computacionales de la neurociencia se han esforzado por comparar al cerebro con un ordenador. Desde tal perspectiva, han surgido cuestionamientos respecto a cuánta información puede almacenar el cerebro.

Aunque se han hecho estimaciones, existen críticas sobre la falta de potencial memorístico respecto a la gran cantidad de información que hay en el mundo. Aun así, se hace necesario resaltar la importancia de realizar ejercicios cognitivos para ampliar la capacidad de la memoria. Y, se pone en relieve cómo el olvido juega un papel fundamental, pues el humano no desea realmente recordarlo todo.

¿Qué es la memoria?

Coloquialmente, la memoria es comparada con un cajón o almacén de recuerdos, como si se tratara de un “un espacio físico” cerebral. Pero, realmente la memoria se define como la serie de procesos que permiten adquirir, guardar y recuperar información. Estos procesos constan de la codificación; la transformación de estímulos en una representación mental, el almacenamiento; que implicaría la retención de datos y su recuperación.

La memoria es importante pues nos permite construir nuestra realidad e identidad, sin ella no podríamos percibir, aprender o pensar. Además, la memoria puede ser clasificada de acuerdo a su duración, como memoria a largo y corto plazo. Y, respecto al nivel de consciencia del recuerdo, como memoria explícita y memoria implícita.

Por otro lado, es importante mencionar que nuestra capacidad memorística está directamente relacionada con la plasticidad sináptica. Bajo tal contexto, la plasticidad sináptica es un mecanismo que produce un cambio en la cantidad o en la intensidad de las conexiones neuronales. Los procesos cognitivos de memoria y aprendizaje requieren crear, fortalecer o debilitar conexiones sinápticas para incorporar nueva información y evocar recuerdos. Lamentablemente, plasticidad sináptica puede verse deteriorada por problemas como infarto cerebral, enfermedad de Parkinson o de Alzheimer.

¿Cuál es el máximo potencial de nuestro cerebro?

Dentro de las perspectivas que consideran a la memoria como un almacén, existe un cuestionamiento respecto a “cuánta información puede guardar la memoria”. En 1956, aparece un estudio indicando que, respecto a la memoria a corto plazo, la mayoría de personas son capaces de retener de cinco a siete elementos a la vez. Sin embargo, en tanto la memoria no es un cajón, sino un proceso cognitivo, se considera que su potencial es ilimitado y que siempre puede mejorarse.

Actualmente, existen modelos teóricos; como la Neurociencia Computacional, que tienen por objetivo comparar  el cerebro con un ordenador. Basándose en este tipo de referentes, se han llevado a cabo estudios cuyo objetivo sería estimar cuánta información podría procesar el cerebro.  Así, en 2008, Robert Birge; el investigador de la Universidad de Connecticut, mencionó en una entrevista que la capacidad de almacenamiento de una neurona sería entre 30 y 40 terabytes. Pero, aclaró que se trataban de meras estimaciones, pues el cerebro nunca iba a funcionar del mismo modo que un computador.

Ahora, al comparar estos estudios con la cantidad de información que generamos los seres humanos, parece que nuestra capacidad memorística es supremamente insuficiente. De este modo, en 2011, el Consejero Delegado de Google manifestó que tan solo en internet se generan 5 exabytes de información única cada dos días. Por este motivo, sería imposible para un cerebro humano poder almacenar a largo plazo al menos una cuarta parte de todos los acontecimientos que ocurren en su vida.

La importancia del olvido

Tal como se ha mencionado, la memoria tiene un potencial que tan solo es posible de estimar. Pero, los intentos constantes por medir la capacidad de almacenamiento humana es comparar al cerebro con una máquina. Realmente, dentro de los procesos cognitivos, también interviene el deseo del sujeto; es aquí cuando el olvido entra en juego

Aunque así lo quisiéramos, no es posible recordarlo todo, y de algún modo esto es esperanzador, pues existen recuerdos dolorosos que “se quisieran borrar”. Incluso, los olvidos no solo tienen lugar por lesiones cerebrales o dificultades en el procesamiento; sino por una represión voluntaria o involuntaria de recuerdos traumáticos.

Por si fuera poco, existen personas con capacidades hipermnésicas, pero que no resultan funcionales para el día a día. Por ejemplo, el caso de Kim Peek, un hombre estadounidense nacido en los años 50 que había sido capaz de memorizar alrededor de 9.000 libros durante su vida. No obstante, su aventajada memoria no lo ayudaba a analizar o sacar mejores conclusiones, pues realmente sufría de una alteración cerebral. A nivel cefálico, carecía de cuerpo calloso, por lo que sus neuronas formaban una masa compacta de conexiones sin un sentido que las uniera.

Ampliación de la capacidad memorística

La memoria nunca va a ser perfecta, de hecho, no es un proceso de acumulación de datos pasivo; sino que nuestra imaginación y personalidad suplen algunas lagunas en los recuerdos. Aun así, es importante ejercitar la memoria, como si de un músculo se tratase. Puesto que, aunque no podamos estimar con exactitud su potencial, podemos desarrollarla lo más posible. Entonces, los ejercicios mnemotécnicos se basan en la búsqueda de sentido en los recuerdos, usando diferentes estilos de organización en la información.

Test de memoria a largo plazo con interferencias

Referencias

Maria Gabriela Canelon Psicologa

Licenciada en Psicología mención Clínica (Universidad Arturo Michelena), psicoterapeuta de enfoque psicodinámico y voluntaria en acompañamiento psicológico a personas LGBTIQ+ (Asociación civil por Todes).