Amor, pareja y… peso

Redactado por Antonia Juanico Mulet . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 11 noviembre 2024.

La creciente preocupación sobre si el amor engorda o no ha quedado mitificada por falsas creencias y mitos erróneos en la sociedad actual. Si bien es cierto que hay ideas verificadas, otras son suposiciones que debemos analizar con cuidado, pues existen muchos factores a tener en cuenta. La genética, la edad, el momento vital de la persona y los estilos de vida entre otros, son factores a analizar para tener en cuenta si es verdad que el amor engorda o no.

Actualmente nos encontramos en una era de abundancia de conocimiento, información, actividades, profesionales y formas de vida diversas. Las personas, de forma individual, aprenden, adoptan y, en ocasiones, desaprenden ciertos estilos de vida para adaptarse a otros que les resultan más atractivos. En pareja, esta dinámica suele repetirse.

La creencia popular sobre si «el amor engorda» cuando dos personas inician una relación y conviven sigue siendo una pregunta frecuente, aunque rara vez se aborda de manera profunda o acertada. Es importante no centrarse solo en la unión misma, sino considerar tanto a cada miembro de la pareja de forma individual como a la pareja en su conjunto.

Factores individuales

Para evaluar si el peso de una persona cambia al iniciar una relación, debemos analizar varios factores individuales. Estos determinan si la ganancia o pérdida de peso se debe a la relación o si, por el contrario, son variaciones propias de cada individuo y de su historia personal, que estarían presentes incluso sin encontrarse en una relación de pareja. A continuación, vamos a ver los factores más relevantes:

  • Genética y predisposición corporal: La genética influye notablemente en el peso y la apariencia física de cada persona. Esta predisposición genética afecta no solo la facilidad para ganar o perder peso, sino también la capacidad para mantener o modificar la figura. Así, aunque las condiciones de vida cambien, cada persona tiene un punto de partida diferente, lo cual afecta de manera individual su respuesta a estos cambios.
  • Hábitos alimenticios: La dieta y los hábitos alimentarios desempeñan también un papel central en el peso de una persona. Algunas personas son rigurosas con su alimentación, mientras que otras no prestan tanta atención a la calidad o cantidad de los alimentos que consumen. La frecuencia, el tipo de alimentos y la cantidad ingerida pueden variar, y no todos responden de igual manera. Además, los hábitos compartidos en pareja, como comer juntos o probar nuevos tipos de alimentos, también pueden influir, pero la respuesta sigue siendo individual.
  • Condiciones de salud física: Las enfermedades físicas también afectan nuestro volumen y peso corporal. Problemas de salud, como trastornos digestivos o limitaciones de movilidad, pueden provocar tanto aumento como pérdida de peso sin relación directa con la alimentación o el ejercicio. Estos problemas pueden causar importantes variaciones de peso, a menudo de forma involuntaria y poco saludable.
  • Trastornos de salud mental, especialmente relacionados con la alimentación: Algunos trastornos de de salud mental, como la anorexia o la bulimia, afectan profundamente los hábitos alimenticios y, en consecuencia, el peso. Las personas con anorexia pueden reducir su ingesta de alimentos drásticamente, a veces acompañando esta conducta de ejercicio excesivo o consumo de sustancias para mantener una apariencia delgada. En cambio, personas con bulimia tienden a presentar patrones de alimentación erráticos y percepciones distorsionadas de su cuerpo, lo que generalmente conlleva a un aumento de peso.
  • Estilo de vida y nivel de actividad: Las actividades diarias y el nivel de actividad física tienen un impacto directo en el peso. Las personas con estilos de vida activos, ya sea por trabajo o por ocio, tienden a gastar más energía, mientras que las personas sedentarias suelen quemar menos calorías. Además, el respeto por los hábitos de sueño, el tiempo de descanso, el autocuidado y las actividades recreativas pueden influir. Aquí se incluye también el consumo de sustancias (legales o ilegales) y medicamentos, los cuales pueden provocar cambios drásticos en el peso, tanto en aumento como en reducción.
  • Factores ambientales y sociales: Finalmente, el contexto social y el ambiente compartido con la pareja también pueden influir. Al ir a vivir juntos, es habitual adoptar ciertos hábitos compartidos, como preferencias de ocio, actividad física y patrones alimenticios. Sin embargo, la influencia de la pareja depende de cómo cada persona se adapta o resiste a estos cambios, haciendo que el impacto en el peso sea algo individual.

Factores que influyen en la pareja

Cuando dos personas inician una relación, pueden surgir cambios en el peso de uno o ambos miembros, pero estos no siempre se deben a la relación en sí. A continuación, exploramos los factores clave que pueden influir en el peso en una pareja y las posibles causas de estos cambios:

  • Genética y constitución de ambos miembros: Si ambos integrantes de la pareja tienen una complexión mayor, no significa necesariamente que «el amor engorde.» La genética de cada persona afecta su estructura y sus necesidades alimenticias, de modo que podrían requerir mayor cantidad de alimentos para mantener su energía, sin que esto sea una consecuencia de la relación.
  • Preferencias alimenticias compartidas: Muchas parejas disfrutan de actividades sociales relacionadas con la comida, como cenar fuera, asistir a buffets o consumir alimentos altos en calorías, como dulces y bebidas azucaradas. Cuando ambos miembros priorizan este tipo de experiencias sobre una alimentación equilibrada, puede resultar en aumento de peso.
  • Cambios en la actividad sexual y la atracción física: En algunas parejas, el inicio de la relación está marcado por una intensa atracción física y una vida sexual activa, lo cual puede contribuir al mantenimiento de un peso estable. Sin embargo, si la intensidad de la actividad disminuye con el tiempo, pueden ocurrir aumentos de peso asociados a una menor actividad física.
  • Consumo de sustancias: Si la pareja consume drogas o alcohol, esto puede afectar el peso, ya sea debido a los efectos directos de la sustancia o durante procesos de desintoxicación. La ganancia o pérdida de peso en estos casos no proviene del «amor», sino de los efectos de las sustancias y del proceso de recuperación.
  • Gestión emocional y alimentación: Las discusiones o conflictos en la pareja pueden llevar a algunos a buscar consuelo en la comida o en el alcohol en lugar de afrontar y comunicar sus emociones. Este tipo de conducta alimentaria emocional puede causar aumentos de peso cuando no se gestionan las emociones de manera saludable.
  • Adaptación al estilo de vida del otro: La pareja puede ajustar su estilo de vida según las preferencias del otro en cuanto a actividad física o sedentarismo, lo cual influye en el peso. Por ejemplo, si uno de los miembros es más activo y el otro es sedentario, uno puede ver un cambio en su peso al adaptarse al estilo del otro.
  • Actividades sedentarias conjuntas: Parejas que comparten actividades sedentarias, como mirar televisión, jugar videojuegos o leer, a menudo acompañan estas actividades con comida y pueden ganar peso en comparación con aquellas que incluyen ejercicio en sus rutinas.
  • Problemas de salud física y mental: Las enfermedades físicas y trastornos psicológicos, como la depresión o la ansiedad, pueden aparecer o intensificarse en la relación, afectando el peso debido a cambios en el apetito, la actividad física o el consumo de ciertos alimentos. En algunos casos, prácticas sexuales o de relación poco convencionales también influyen en los hábitos alimentarios.
  • Creencias y estereotipos sociales: Ciertas ideas culturales, como «las personas grandes son más fuertes» o «los hombres deben comer más,» pueden influir en el comportamiento de la pareja, provocando cambios de peso al intentar cumplir con estos estereotipos.
  • Maternidad y paternidad: La llegada de hijos suele influir en el peso de la pareja, especialmente por la falta de tiempo para ejercitarse, el agotamiento y el cambio en las prioridades. Sin embargo, no siempre el aumento de peso tras la maternidad o paternidad es consecuencia directa de la crianza, sino de estos otros factores asociados.
  • Relajación en el autocuidado físico: Muchas personas se esmeran en mantener su apariencia física mientras buscan pareja, pero una vez se encuentran en una relación estable, pueden empezar a descuidar su aspecto y dejar de preocuparse por su apariencia física.
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Conclusión

La unión en pareja no es sinónimo de engordar, tampoco garantiza cambios positivos o mejoras en el ámbito de la salud. Es evidente que ciertos rasgos, hábitos, aficiones, gustos y formas de comunicarse y relacionarse pueden influir en el peso de una persona o una pareja, ya sea promoviendo el aumento o la pérdida de peso. Esto ocurre especialmente si no se mantiene un estilo de vida propio y saludable, con hábitos y conocimientos adecuados. Para evitar cambios indeseados, es importante que estos factores se gestionen de manera equilibrada y sana.

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Diplomada en Trabajo Social por la Universitat de les Illes Balears, Máster en Sexología Promoción de Salud Sexual en la Fundación UNED. Saludable. Especializada en relaciones de pareja amorosa, trastornos alimenticios y algunas temas más. Positiva, pero realista. Con sentido del humor.