El café es una de las bebidas más populares en el mundo, gracias a su sabor y propiedades “energizantes”. Gracias a la cafeína, las personas pueden conseguir un poco de energía extra para cumplir sus actividades. Sin embargo, el consumo de esta sustancia puede generar dependencia en las personas, en cuyo caso hablamos de adicción a la cafeína.
Cabe destacar que este tipo de adicción es un riesgo para personas de todas las edades. Esto se debe a que la cafeína no se encuentra solo en el café, sino en otros productos como bebidas de cola o alimentos. Por lo tanto, es importante empezar a cuidar el consumo de esta sustancia para evitar sus efectos negativos.
Cafeína: ¿Alimento o droga?
La cafeína es una sustancia que está presente en diferentes especies de plantas. Tiene un sabor amargo y se usa con diferentes fines, tanto alimenticios como medicinales. La cafeína se encuentra en el café, el té, chocolate y se usa en otros productos como gaseosas o comida. En el ámbito terapéutico, la cafeína tiene propiedades que ayudan a dilatar los bronquios y se halla en medicinas para el resfriado.
En el sistema nervioso, la cafeína se comporta como un antagonista y se une a los receptores de adenosina. Si se consume en cantidades moderadas, la cafeína no tiene efectos negativos sobre la salud. No obstante, vivimos en una sociedad que promueve el consumo excesivo de cafeína, tanto en alimentos como bebidas.
Por esa razón, la adicción a la cafeína es una temática que todavía se sigue investigando. Pardo Lozano et al. (2007) publicaron un artículo sobre la cafeína como nutriente, fármaco y droga de abuso. Con respecto a lo último, los autores señalan que puede considerarse como tal debido a que actúa como reforzador positivo. Asimismo, genera tolerancia, lo que quiere decir que, con el tiempo, es necesario consumir más para sentir sus efectos.
Síntomas de la adicción a la cafeína
Continuando con lo anterior, otra de las conclusiones del estudio, fue que la cafeína genera síndrome de abstinencia. Es decir que, cuando se elimina el consumo, las personas experimentan una serie de síntomas desagradables. En consecuencia, vuelven a consumir cafeína para aliviar el malestar y así se repite el ciclo de consumo.
Siguiendo esta línea, la adicción a la cafeína puede identificarse a través de los síntomas de abstinencia. Juliano et al. (2012) realizaron un estudio sobre la abstinencia en el consumo de cafeína. Entre los síntomas típicos, se encuentran los siguientes:
- Dificultad para concentrarse.
- Dolor de cabeza.
- Fatiga.
- Nauseas o malestares estomacales.
- Síntomas similares a los de la gripe.
- Poco interés por socializar.
- Falta de motivación para trabajar o estudiar.
- Alteraciones del estado de ánimo.
Los síntomas suelen aparecer más o menos una hora después del momento en que se produce el consumo habitual. Mientras más cantidad se consuma, mayor será la intensidad del malestar y la necesidad de tomar cafeína.
Por otro lado, el consumo excesivo de cafeína se asocia con un incremento de síntomas de ansiedad, inquietud, nerviosismo, etc. También puede aparecer insomnio (sobre todo cuando se consume de noche) y taquicardia.
Causas
Como vimos antes, en efecto, la cafeína puede convertirse en una sustancia de abuso. Pero, ¿qué lleva a las personas a volverse dependientes de esta? Como sucede con el resto de las drogas, hay múltiples factores que aumentan el riesgo de padecer una adicción.
- Cantidad y frecuencia. En primer lugar, hay que evaluar la cantidad de cafeína y la frecuencia con que se consume. Como se dijo antes, esta sustancia genera tolerancia, entonces, mientras más ingieres, más necesitarás consumir en el futuro para sentir sus efectos.
- Hábitos poco saludables. No dormir lo suficiente, trabajar demasiado o comer alimentos poco nutritivos son hábitos que se asocian a la falta de energía. Con el fin de compensar esta deficiencia, las personas recurren la cafeína para mantenerse despiertos y alertas. De este modo, pueden caer en la adicción a la cafeína.
- Estrés o ansiedad cotidiano. La cafeína puede actuar como un reforzador porque estimula regiones del cerebro vinculadas al placer. Si alguien siente estrés o ansiedad de forma constante, podría recurrir a la cafeína como fuente de placer. Sin embargo, ya que el alivio es momentáneo, la consumen cada vez con más frecuencia y en mayor cantidad.
- Normalización en la sociedad. Debido a que es una sustancia legal, su consumo en la sociedad es visto como algo normal. Incluso en los casos donde hay una adicción, este comportamiento puede pasar desapercibido.
¿Qué puedo hacer para manejar la adicción a la cafeína?
Si sospechas que sufres de adicción a la cafeína, existen varias opciones para aliviar los síntomas y la necesidad de ingerirla.
- Mejora tus hábitos. Evita desvelarte, asegúrate de descansar lo suficiente, lleva una dieta balanceada e hidrátate. Cambiar el estilo de vida que llevas, hará que te sientas más sano y enérgico. En consecuencia, sentirás menos necesidad de consumir cafeína para mantenerte alerta.
- Regula la cantidad de cafeína que consumes. En lugar de preparar una jarra de café, intenta preparar solo una taza. Asimismo, puedes comprarte una taza o recipiente más pequeño y si acostumbras a comprarlo, pídelo pequeño.
- Trata de comprar productos sin cafeína. Si te gusta el sabor del té y el café, puedes intentar beber sus presentaciones sin cafeína. De ese modo podrás seguir disfrutando de estas bebidas sin tener síntomas desagradables.
Para finalizar, si sientes que los síntomas de adicción a la cafeína se hacen más graves, considera la atención profesional. A menudo, el consumo de sustancias se relaciona con conflictos emocionales donde la droga cumple el papel de un estimulante momentáneo. Si se atienden esos problemas desde la raíz, entonces disminuirá el deseo de consumir.
- Juliano, L. M., Huntley, E. D., Harrell, P. T., & Westerman, A. T. (2012). Development of the caffeine withdrawal symptom questionnaire: caffeine withdrawal symptoms cluster into 7 factors. Drug and alcohol dependence, 124(3), 229-234.
- Pardo Lozano, R., Alvarez García, Y., Barral Tafalla, D., & Farré Albadalejo, M. (2007). Cafeína: un nutriente, un fármaco, o una droga de abuso. Adicciones, 19(3), 225-238.