Jerome Seymour Bruner (1/10/1915 – 5 /06/ 2016), fue un conocido psicólogo estadounidense que hizo importantes contribuciones en el campo de la educación, la teoría del aprendizaje cognitivo y la psicología cognitiva.
Biografía de Jerome Bruner
Jerome Bruner nació el 1 de octubre de 1915, hijo de padres inmigrantes judíos polacos, Herman y Rose (Gluckmann) Bruner. Nació ciego y no logró ver hasta después de realizarse dos operaciones de cataratas cuando todavía era un bebé.
Asistió a escuelas públicas, donde se graduó de la escuela secundaria en 1933, y entró en la Universidad de Duke, donde se especializó en psicología, obteniendo el grado en 1937. Bruner luego siguió sus estudios de postgrado en la Universidad de Harvard en 1939 y el doctorado en 1941.
Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió al mando del general Eisenhower en la División de Guerra Psicológica de la Sede Suprema de la Fuerza Expedicionaria Aliada Europa. Después de la guerra se unió a la facultad de la Universidad de Harvard en 1945.
Centró sus estudios en la percepción y el análisis del aprendizaje. En el departamento de Psicología de Harvard se interesó por el conductismo y un programa su nuevo programa de investigación sobre psicofísica, que se centraba en la idea que la psicología es el estudio de los sentidos y cómo reaccionan éstos ante los estímulos o energías físicas.
Pero Bruner se rebeló en contra del conductismo y la psicofísica y, junto con Leo Postman, emprendió una serie de experimentos que resultarían en una nueva teoría de la percepción. Esta nueva línea sostenía que la percepción no es algo que suceda de forma inmediata, como se había supuesto en las teorías anteriores. Más bien, la percepción es una forma de tratamiento de la información que consiste en la selección e interpretación. Estudia cómo las personas ven e interpretan el mundo, así como la forma en que responden a los estímulos.
En 1972 fue nombrado Profesor de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, donde permaneció hasta 1980. En sus años de Oxford, Bruner centró en los principios del desarrollo del lenguaje. Rechazando la teoría nativista de la adquisición del lenguaje propuesta por Noam Chomsky, Bruner ofreció una alternativa interaccionista o teoría interaccionista social, del desarrollo del lenguaje.
En 1980 Bruner regresó a los Estados Unidos, ocupando el puesto de profesor en la Nueva Escuela de Investigación Social en la ciudad de Nueva York en 1981. En la década siguiente, trabajó en el desarrollo de una teoría de la construcción narrativa de la realidad, que culminó en varias publicaciones. Su libro de la mente, Possible Worlds ha sido citado por más de 16.100 publicaciones académicas, por lo que es uno de los trabajos más influyentes del siglo XX.
En 1991 Bruner fue a la Universidad de Nueva York como profesor visitante a investigar sobre la teoría de la práctica legal. El objetivo de esta institución es estudiar cómo se practica la ley, y cómo su práctica puede entenderse mediante el uso de herramientas desarrolladas en la antropología, la psicología, la lingüística y la teoría literaria.
Murió en junio del año 2016 a la edad de 100 años.
Contribución a la Psicología
Bruner ha sido uno de los psicólogos más influyentes que ha sentado las bases para las investigaciones pioneras de la psicología cognitiva. Afirmó que la sensación y la percepción son procesos activos en lugar de los pasivos, y llevó a cabo una serie de experimentos sobre la percepción en los que se estudiaba la respuesta del organismo a los estímulos externos, así como internos.
Concluyó que la mente inteligente se crea a sí misma a través de la experiencia. Bruner era de la opinión de que los niños tienen que adaptarse continuamente a su entorno. Así, de acuerdo con Bruner, los resultados significativos de un aprendizaje deben incorporar la capacidad de adaptarse y aprender a través de experiencias personales del individuo, además de incorporar la educación formal.
A pesar de sus muchas contribuciones a la psicología académica, Bruner es quizás mejor conocido por su trabajo en la educación, la mayoría del cual se llevó a cabo durante los años que estuvo con el Centro de Estudios Cognitivos. Defendió que la especie humana se había hecho cargo de su propia evolución mediante la transformación tecnológica del medio ambiente. La transmisión de esta tecnología y el patrimonio cultural implica la propia supervivencia de la especie. Por lo tanto, la educación en los humanos es de suma importancia.
A lo largo de su vida fue galardonado con numerosos premios y distinciones en reconocimiento a sus trabajos profundos en el campo de la psicología. Recibió el distinguido premio de investigación científica por la Asociación Americana de Psicología. También ha publicó numerosos libros que reflejan sus variados logros como investigador y psicólogo. Su obra literaria se compone de varios libros sobre la psicología cognitiva, psicología de la educación y el desarrollo del lenguaje.
Las etapas de representación mental de Jerome Bruner
La teoría de que el aprendizaje de Jerome Bruner propone que los niños pasan por tres etapas de la representación. Cada etapa es una forma en que la información o el conocimiento son almacenados y codificados en la memoria. Las etapas son más o menos secuenciales, aunque no son necesariamente como las de la teoría de Piaget estrictamente relacionadas con la edad.
1. Etapa Enactiva (de 0 – 1, basada en la acción)
También llamada la etapa de lo concreto, esta primera etapa consiste en un método práctico y tangible de aprendizaje que se realiza a través de la imitación y la acción física. La información se almacena en forma de imágenes. Es una forma de aprendizaje que equivale a la etapa sensoriomotriz de Piaget.
Esto puede explicar por qué, cuando estamos aprendiendo algo nuevo, a menudo es útil utilizar diagramas o ilustraciones para acompañar la información verbal.
2. Etapa Icónica (de 1 – 6 años, basada en la imagen)
También llamada la etapa pictórica, esta segunda etapa incluye la utilización de imágenes u otros elementos visuales para aprender y representar una situación concreta definida en la primera etapa. Una forma de hacer esto es simplemente extraer imágenes de los objetos en un papel o representarlos en la cabeza. Otras formas podrían ser a través del uso de formas, diagramas y gráficos. Esta etapa representa la transición de lo concreto a lo abstracto.
3. Etapa Simbólica (de 7 años en adelante, basada en el lenguaje)
También conocida como la etapa abstracta, es la última etapa se centra en el uso del lenguaje, las palabras y los símbolos para el aprendizaje. El uso de las palabras y los símbolos permite al estudiante organizar la información en su mente, relacionando los distintos conceptos. Las palabras y los símbolos son abstracciones, que no necesariamente tienen una conexión directa con la información. Por ejemplo, un número es un símbolo que se utiliza para describir la cantidad de algo, pero el número en sí mismo tiene poco significado sin la comprensión de qué cuantifica realmente. Otros ejemplos serían variables tales como X o Y, o símbolos matemáticos, como +, -, /, etc. Aquí el lenguaje y las palabras son otra manera de representar de forma abstracta la idea. En el contexto de las matemáticas, este podría ser el uso de palabras tales como suma, infinito, el número tres, etc.
Contribución de Bruner a la educación
Para Bruner el propósito de la educación no es impartir conocimiento, si no más bien facilitar el pensamiento y potenciar las habilidades del niño para que luego puedan ser utilizadas en la resolución de situaciones y problemas. En concreto, la educación también debe desarrollar el pensamiento simbólico en los pequeños. La premisa principal de Bruner era que los estudiantes son aprendices activos que construyen su propio conocimiento.
Bruner cree que un niño (de cualquier edad) es capaz de comprender información compleja, según sus propias palabras: “La hipótesis es que cualquier tema se puede enseñar eficazmente de alguna forma intelectualmente cercana a cualquier niño en cualquier etapa del desarrollo”.
El programa en espiral de Bruner
Bruner propuso en 1960 el concepto del programa en espiral. Este programa se basa en que las ideas complejas se les pueden empezar a enseñar a un nivel simplificado en un primer lugar, y más adelante ser estudiados a un nivel más complejo. Por lo tanto, los sujetos se les enseñaría en base a un nivel de incremento gradual de dificultad (de ahí la analogía de caracol). Idealmente, la enseñanza debe conducir a los niños a que sean capaces de resolver los problemas por sí mismos.
Bruner también propuso que los alumnos construyen su propio conocimiento y lo hacen mediante organización y categorización de la información, utilizando un sistema de codificación. Creía que la manera más efectiva de desarrollar un sistema de codificación es descubrir las cosas por sí mismos que en lugar de ser contadas por el profesor. El concepto de aprendizaje por descubrimiento implica que los estudiantes construyen su propio conocimiento (también conocido como un enfoque constructivista).
Dado que el papel del maestro no es enseñar a través del aprendizaje de memoria, si no de facilitar el proceso de aprendizaje, esto significa que un buen profesor diseña las lecciones de forma que ayuden a los estudiantes a descubrir la relación entre los bits de información. Para ello el maestro debe dar a los estudiantes la información que necesitan, pero sin organizarla para ellos.
El uso del programa en espiral enfatiza el proceso de aprendizaje por descubrimiento.
- Bruner, J. S. (1991). Actos de significado: Más allá de la revolución cognitiva. Alianza Editorial.
- Bruner, J. S. (1986). Realidad mental y mundos posibles: Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Gedisa.
- Bruner, J. S. (2000). La educación, puerta de la cultura. Paidós.
- Bruner, J. S. (1976). El desarrollo del pensamiento: Equilibrio entre estructuras y procesos cognitivos. Crítica.
- Bruner, J. S., & Haste, H. (2018). Psicología del desarrollo cognitivo: Teorías del desarrollo del niño. Morata.
- Bruner, J. S. (2013). Realidad mental, mundos posibles: El futuro de la inteligencia artificial. Editorial Crítica.
- Bruner, J. S. (1994). Acción, pensamiento y lenguaje. Alianza Editorial.